Islandia cierra el espacio aéreo tras erupción volcánica
La autoridad de control aéreo de Islandia (Isavia) cerró hoy el espacio aéreo islandés de forma temporal por la erupción del volcán Grimsvoetn, pero no espera que la situación afecte al resto del espacio aéreo europeo.
Isavia había ordenado inicialmente la prohibición de vuelos en un radio de 220 kilómetros alrededor de Grimsvoetn, pero decidió ampliarla hoy debido a la propagación de la ceniza.
La autoridad de control aéreo de Islandia (Isavia) cerró hoy el espacio aéreo islandés de forma temporal por la erupción del volcán Grimsvoetn, pero no espera que la situación afecte al resto del espacio aéreo europeo.
Isavia había ordenado inicialmente la prohibición de vuelos en un radio de 220 kilómetros alrededor de Grimsvoetn, pero decidió ampliarla hoy debido a la propagación de la ceniza.
El año pasado, la erupción de otro volcán islandés, el Eyjafjallajoekull, provocó un caos aéreo durante semanas que colapsó el tráfico internacional de toda Europa.
Aunque la nube de ceniza llegó a alcanzar ayer los 20.000 metros de altura, se trata de un tipo más espesa que la del Eyjafjallajoekull, por lo que no se puede desplazar tan rápido, de ahí que se descarte inicialmente que pueda afectar a otras partes de Europa, según la Oficina Meteorológica de Islandia.
La erupción del Grimsvoetn, situado bajo el glaciar Vatnajoekull, el más grande Islandia, es la mayor experimentada por este volcán en un siglo y es más potente que la del Eyjafallajoekull, con mayor expulsión de magma y de ceniza, según este instituto meteorológico.
Varias localidades del sur de Islandia han sufrido precipitaciones abundantes de ceniza en las últimas horas, a pesar de que el Grimsvötn se encuentra en una región despoblada y no hay habitantes en un radio de 100 kilómetros alrededor del cráter.
Todo comenzó ayer, cuando se produjeron varias erupciones subglaciares que rápidamente rompieron la parte superior de la capa de hielo.
El Grimsvoetn, el volcán más activo de Islandia, entró por última vez en erupción en 2004, y esta se prolongó unos pocos días, afectando al tráfico aéreo islandés por un corto período.
Los geólogos ya habían anunciado que el Grimsvoetn, que suele entrar en actividad cada cinco años, volvería a hacerlo este año.