“El día que engañé a Pedro”, por Andrea Silva
Anoche apenas dormí, enredada en mis reflexiones. Lo lindo es que ahora reflexiono antes de actuar-atacar. Lo feo es que mis reflexiones debieran tratarse de Hidroaysén, del horror de los alimentos transgénicos, del hambre en el mundo, del calentamiento global… pero no, una vez más, se tratan de Zeus, el perro de mierda.
Anoche apenas dormí, enredada en mis
reflexiones. Lo lindo es que ahora
reflexiono antes de actuar-atacar. Lo feo es que mis reflexiones
debieran tratarse de Hidroaysén, del
horror de los alimentos transgénicos, del hambre en el mundo, del calentamiento
global… pero no, una vez más, se tratan
de Zeus, el perro de mierda.
Está demasiado hediondo y Pedro fue
categórico al decir que no lo va a bañar
hasta que mejore el tiempo porque Zeus es muy frágil de salud y puede
agarrar una neumonía.
Como aprendí la lección, no voy a volver a exponerme a todo lo que
sucedió luego de mi último grito desesperado ¡O el perro o yo! Esta vez voy
a ser astuta.
Me
visto espléndida y tomo la correa del perro para ” sacarlo a pasear”. Los niños miran atónitos y se pelean por acompañarme, Pedro no
entiende nada.
– Amanecí
con muchas ganas de caminar, pero quiero ir sola, para ir a buen paso con Zeus,
por favor quédate con los niños.
Pedro esta tan sorprendido que ni
siquiera se queja, eso si, me pasa una
bolsa por si Zeus va al baño.
–
Nunca tanto- le devuelvo sonriente la
bolsa.
Salgo de la casa y me voy casi corriendo con Zeus a “Doctor Pet”. Ayer les
expliqué la situación y tomé hora en la peluquería para que por favor le saquen
el olor a desagüe.
No entiendo como un perro puede ser tan
hediondo, tampoco entiendo por qué corro tan nerviosa, tan excitada y tan
feliz. ¿Me da nervio que Pedro descubra
que bañé a Zeus a escondidas?¿Me da
excitación encontrarme con el veterinario mino? ¿Me da felicidad salir sola
un sábado por la mañana sin mis hijos y sin mi marido?¿Me da excitación la libertad, el engaño, correr, mentir, salir sola,
dejar a Pedro solo con los niños?
Llego a la Peluquería. Me recibe el
veterinario mino. Que bueno que me vestí espléndida.
– ¡Aquí
llegó el campeón, mi amigo, el potro Zeus! Dice acercándose canchero. Ahora
sí que estoy nerviosa. Es verdad que
Zeus es grande, pero es un perro, no un potro. ¿Por qué le dice potro? ¿Por
qué le dice amigo? ¿Es que me quiere
decir que Zeus es su amigo porque él también es un potro? ¿Quiere que yo lo
vea como potro, como campeón? ¿Es esto
un dardo erótico que lanzó a ver si me llega?
Ahora
abraza a Zeus con familiaridad. Pienso que va a
quedar con olor a desagüe, pero no me importa y eso me pone más nerviosa.
Ahora
me abraza a mí y efectivamente no me importa su olor a desagüe
– ¿Cómo estás preciosa? Trajiste a la guagua.
¿Preciosa? ¿A la guagua? ¿“A la guagua” como si fuera
nuestra guagua? Y luego me dice casi
susurrando.
– Vamos
adentro, está todo calentito, me dijeron que estabas con susto, relájate va a
estar todo bien y tu marido no se va a enterar.
Me
acuerdo de una película donde la protagonista choca en la calle con un tipo que
va saliendo de su casa un día de lluvia, cae y se moja entera. El tipo le ofrece pasar para que se seque. En ese momento pasa
un taxi, ella duda, no toma el taxi y va
a la casa del tipo. Finalmente se enrolla con él y mata al marido.
No es que yo vaya a matar a Pedro, no es
que me vaya a enrollar con el veterinario mino, pero ante la duda: abstente. Y si
pude soportar el olor a desagüe del veterinario mino, seré capaz de soportar el
de Zeus. ¿O no?
Suena mi celular, es Pedro, dice que como salió el sol, le gustaría manguerear a Zeus.
Me despido del veterinario potro y vuelvo
caminando tranquila al hogar.
Andrea Silva es chilena, bilingüe, casada, con hijos, profesional sin pega estable, con ahorros, un poco católica, sobrepasada, sobreexigida, adicta a la sicóloga y al dulce. Con mañanas horrendas, pero con tardes lindas. Su Twitter es @AndreaSilva1975. |