España mira con sospecha a los clubes de marihuana

Vía La Hora

Cañitas” para compartir con los socios. Ningún otro
fin. Así lo aseguran los integrantes de los “clubes cannábicos” que cada
vez se hacen más comunes en España. Estas asociaciones privadas agrupan
a consumidores de marihuana, quienes cultivan la hierba para luego
distribuirla sólo entre ellos.

En ciudades como Barcelona, Madrid y Bilbao se concentra la mayoría
de estos singulares clubles, algo que ha encendido alerta roja entre las
autoridades, quienes dudan del fin y dicen que se está fomentando el
consumo de marihuana.

Pero estas asociaciones, que pagan impuestos y donde cada uno de los
integrantes cancela un monto para pertenecer, dicen que sólo se reúnen
para compartir una afición, evitando de paso el mercado negro de la
marihuana. Como sea, algunos ya han sido intervenidos por la policía.

Y es que al parecer la normativa en España sobre consumo de cannabis
se presta para la ambigüedad. El presidente de la Federación de
Asociaciones Cannábicas ( FAC), Martin Barriuso, dijo que los problemas
con las autoridades surgen por un vacío jurídico. “El consumo de
cualquier droga ilícita está despenalizado en España desde 1974 y
cultivar para el propio consumo no es un delito”, dijo Barriuso a BBC
Mundo.

Pero Martin Canavé, del bufete DMT Advocats, asegura que la ley está
muy clara. “No hay un vacío legal. Se trata de una asociación cuyo fin
es crear un espacio privado de distribución y el Estado no tiene derecho
a intervenir en un espacio privado”.

CÓMO SER SOCIO

No cualquiera puede entrar a estos grupos. Para pertenecer a ellos,
se deben justificar motivos lúdicos y estar recomendado por un socio.
También se acogen personas que quieran ingresar con fines terepeúticos,
para lo que se deben acreditar enfermedades como SIDA o cáncer. Si ya se
está dentro, el socio puede obtener marihuana a un precio que oscila
entre los US$6 y US$8 el gramo.

“Vente y tómate unas cañitas mientras disfrutas del buen humo en la
comodidad de un bar/restaurante privado al que sólo nuestros socios
pueden acceder”. Es uno de los panfletos que promociona el recién
abierto Private Cannabis Club de Madrid, que espera no tener que lidiar
con las autoridades, como ya le pasó a sus pares.