Hasta The Washington Post llega revuelo por “Los archivos del cardenal”
El rotativo estadounidense habla de las viejas heridas que provoca la emisión de la serie, junto con el enojo que generó en la derecha chilena. Revisa aquí una traducción del artículo.
Los televidentes chilenos se están acostando más tarde para ver un drama televisivo sobre torturas y desapariciones que ocurrieron durante la dictadura chilena. El material audiovisual es sumamente inusual en un país que aún está luchando contra los recuerdos de esos crímenes contra la humanidad.
Algunos políticos de derecha están furiosos, ya que consideran que la serie, de doce partes, no debiera tener cabida en la televisión abierta, de carácter casi independiente y financiada por el estado.
En “Los archivos del cardenal”, un grupo de abogados e investigadores que trabajan con la Iglesia Católica, descubren la primera prueba de que la dictadura militar del General Augusto Pinochet cometía ejecuciones sumariadas de prisioneros políticos, además de otros crímenes. Pese a que los personajes son ficticios, la historia está basada en hechos reales.
En esa época, los crímenes eran rápidamente negados por los simpatizantes políticos de Pinochet –algunos de los cuales continúan siendo importantes en la coalición de centro derecha que hoy gobierna el país.
El primer episodio se lanzó al aire el pasado jueves y fue repetido el domingo, levantando tanto el rating como las viejas divisiones en el país que Pinochet gobernó como dictador entre 1973 y 1990.
Carlos Larraín, líder del partido del Presidente Sebastián Piñera, Renovación Nacional, fue uno de los más críticos con la serie, ya que establece que la televisión pública chilena debiera transmitir programas que reafirmen la vida colectiva del país. En una carta publicada la semana pasada por el diario El Mercurio, acusó a TVN de estar en contra de la sociedad, ya que con el franjeado, el canal estaría transmitiendo el mensaje de “tienes que mantener vivo el odio”.
Pese a reconocer el efecto que “Los archivos del cardenal” podría tener en la sociedad, el antiguo abogado privado y ejecutivo de la industria de seguros reconoce que él mismo resultó ser complaciente sobre los abusos a los Derechos Humanos que ocurrieron bajo el régimen de Pinochet.
“En mi condición de abogado, debiera haber estado mucho más alerta a la hora de proteger a la gente del gobierno de facto”, escribió Larraín en la misma carta. “Ese fue mi error y el de muchos otros”.
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