Plebiscito en educación: ¿El poder de la calle o debilitamiento institucional?
Patricio Zapata, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de U. de Las Américas y Gonzalo Cordero, el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello y director Azerta, expusieron posturas encontradas sobre la conveniencia de realizar una consulta ciudadana para dirimir el conflicto educacional.
Fueron 15 de los 19 diputados DC los que se manifestaron a favor de la tramitación de una reforma constitucional que facilitaría la realización de un plebiscito en el tema educacional. Además ayer un grupo denominado Asamblea Ciudadana por el Plebiscito ocupó las oficinas del Servicio Electoral con el objetivo de exigir también un cambio en la Carta Fundamental que permita la consulta ciudadana.
La posibilidad de que la ciudadanía acuda a las urnas para pronunciarse sobre la municipalización o el fin del lucro en la educación también generó un evidente roce al interior de la Concertación, pues mientras el presidente de la DC -lejos del parecer de sus diputados- planteó que el uso de esta herramienta debilita las instituciones, el timonel socialista Osvaldo Andrade reivindicó el poder de decisión directa de la ciudadanía.
Lo cierto es que la posibilidad de llamar a plebiscito está consagrada en la Constitución. Sin embargo, es una fórmula es vista con distancia n o solo por el timonel de la DC, sino también en un sector del mundo académico y entre constitucionalistas. Más allá de las pugnas en el Congreso salimos a preguntar cuál es la viabilidad de aplicar este instrumento para solucionar la problemática en educación y cuáles son los costos que pagaría el Presidente Sebastiían Piñera en caso de acceder…si es que existe esa posibilidad de acceder.
Patricio Zapata, abogado constitucionalista y decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Las Américas y Gonzalo Cordero, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello y socio director de la consultora Azerta exponen sus puntos de vista sobre la controvertida fórmula por la cual presiona hoy parte de la Concertación.
¿Es posible optar por un plebiscito para dirimir el tema educacional?
Patricio Zapata: “Veo difícil que los múltiples y complejos problemas que están en juego en la discusión educacional pudieran ser sintetizados en 2 o 3 preguntas. Es distinto si uno piensa que una de las formas de avanzar, de superar las desconfianzas hacia el sistema político, desconfianzas hacia el gobierno, o desconfianzas mutuas, es incorporar en nuestro sistema institucional algún tipo de figura para que la ciudadanía pueda opinar sobre lo que se hace. Eso podría facilitar y permitir a la Confech que haya garantías para sentarse a conversar”.
Gonzalo Cordero: “Creo que no es conveniente. Porque la democracia representativa marca un estado de avance de la organización política de las sociedades, que permite equilibrar la participación de la gente con la toma de decisiones en forma razonada y por parte de personas responsables y responsabilizables”.
¿Se podría abrir la puerta para plebiscitar otros temas de interés nacional, como HidroAysén?
Patricio Zapata: “Me opongo a discutir esto en términos de viva o mueran los plebiscitos. Pienso que hay fórmulas muy interesantes como en Italia, donde los ciudadanos pueden revocar una ley, un referendo revocatorio. No creo que uno pueda indiscriminadamente llevar esta técnica para la solución de problemas ambientales, como algunos piensan, como preguntar la opinión de cada proyecto. Cuestión distinta que frente a una ley concreta de medio ambiente, donde hay gente que no le gusta , tú vayas y la revoques, y que el Parlamento tenga que hacerla de nuevo. Lo interesante de la fórmula que yo defiendo es que el Parlamento sigue siendo el autor. Problemas como el Transantiago no se hubiesen solucionado con un plebiscito. Los países que lo tienen, lo ocupan para hechos muy puntuales. Inglaterra acaba de hacer un plebiscito hace un mes atrás. En la democracia más sólida, más antigua y tradicional hicieron un plebiscito”.
Gonzalo Cordero: “Cuando sometes un tema de política pública a plebiscito, cualquiera sea el tema, la gente, no es especialista en la materia, las personas no cuentan con todos los antecedentes, no se dedican a estudiar los temas ni muchas veces tienen la formación ni la preparación para saber cuáles son las opciones mejores. Además hay un tema de emocionalidad en el actuar de la masa muy compleja. Cuando participa anónimanmte toda la ciudadanía puedes plebiscitar cualquier cosa. Te aseguro que si plebiscitaras la pena de muerte para los violadores de niños, el 70% del país estaría de acuerdo. Si plebiscitaras que no se pudieran instalar antenas de celulares, también. No es que yo tenga un problema con que se plebiscite el tema de la educación en sí, sino que desde el punto de vista político de las sociedades, me parece un retroceso”.
¿Evidencia un debilitamiento institucional, como dijo el presidente de la DC?
Patricio Zapata: “No es un debilitamiento institucional. Bien pensado, bien constituido, va a reforzar las instituciones. Las instituciones necesitan desesperadamente transfusiones de sangre ciudadana. Las instituciones están muy anémicas, necesitan más color, más vigor. Además me parece paradojal. Se alega que los jóvenes no se inscriben ni votan, y cuando quieren participar nos ponemos quisquillosos.
Gonzalo Cordero: Obvio, si para eso tenemos instituciones. Para que las decisiones se tomen de manera más racional, de manera menos emocional. Y se toman de manera más racional porque la toman personas que se hacen responsables de lo que deciden. Cuando haces un plebiscito, el voto es secreto, por lo tanto es anónimo, y nadie sabe cómo votó cada uno, y por lo tanto si las cosas no resultan , si son un desastre, nadie es responable.
¿Qué significa que hoy surja la opción de un plebiscito como salida al conflicto estudiantil?
Patricio Zapata: “Tengo la sensación de que por lado y lado se habla de una entelequia y cada uno la llena con sus fantasias. Los partidarios piensan que es una maravilla, que todo el mundo participa y todos felices, y los enemigos piensan que es un caos. De verdad espero que la Confech durante los próximos días qué se refiere con plebiscito. Es súper importante velar en que haya claridad en lo que se pregunta y en lo que se reponde, y creo que la única posibilidad es un referendo revocatorio”.
Gonzalo Cordero: “Creo que esta opción de someter cosas a plebiscito surge cada cierto tiempo. A mí no me espanta, es relativamente normal. En algún momento se dijo mucho que se hiciera un plebiscito por el tema del sistema binominal, o con el tema de los senadores designados. En algún momento se dijo que el presidente Allende hiciera un plebisicto. Pero en general todas las sociedades, no hay ningún país de al OCDE, que haga plebisictos para definir políticas públicas. Es verddad que Suiza hace plebiscitos, pero son para definir cuestiones de orden más bien práctico, más concretas. Como se hace aquí con los plebiscitos comunales”.
¿Que se plantee la necesidad de un plebiscito se puede traducir como un debilitamiento de Sebastián Piñera?
Patricio Zapata: “Siempre se podría leer la respuesta de un plebiscito como el apoyo o no al gobierno, pero eso no podemos eludirlo, porque van a haber elecciones municipales el próximo año y no te quepa duda que el resultado va a ser leído como apoyo o rechazo al gobierno. No dejemos de hacer algo que puede ser importante porque pueda prestarse a lecturas”.
Gonzalo Cordero: “No creo que el hecho de que se plantee un plebiscito se pueda traducir como un debilitamiento. Es normal que cada cierto tiempo se plantee frente a ciertos dilemas como una manera de zanjar. Por otro lado, como los alumnos ha rechazado todas las ofertas de plano, como ciudadano no tengo idea en qué los alumnos están en desacuerdo con el gobierno. Me parece que es poner la carreta delante de los bueyes si hagamos un plebiscito cuando no está claro para el país cuál es el desacuerdo, cuál es la diferencia que vamos a zanjar”.