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2 de Septiembre de 2011

Los 25 mejores discos de la década pasada (Parte II)

Segunda y última parte de nuestro especial con los 25 mejores álbumes que fueron lanzados en la década pasada. Seguimos revisando aquellos trabajos que merecen un lugar destacado en tu colección de discos.

Por Hernán Carrasco C.
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Estamos terminando la revisión de los mejores álbumes que nos dejó la década que recién pasó. Hasta el momento el rock ha dominado la primera parte del listado, aunque el R&B y el hip hop también estuvieron presentes. Durante esos diez años vimos cómo la música de calidad era postergada en los medios, para dar paso a las “boys bands” y cantantes femeninas pop, auspiciadas por MTV principalmente. A pesar de eso, se seguía haciendo buena música y esta es la prueba de ello, acá el tramo final de lo más destacado del período 2000-2009.

TV On The Radio – “Return To Cookie Mountain”

El segundo disco de esta banda oriunda de New York, es sencillamente fantástico. En un Estados Unidos convulsionado después del ataque a las Torres Gemelas  y del paso del huracán Katrina, el conjunto entregó un disco con dinámicas que variaban entre lo calmo y lo furioso, canciones que se desarrollaban lentamente hasta explotar en épicos coros. Un disco que era imposible encasillarlo en un género específico.

 

Kanye West – “Graduation”

En su tercer LP Kanye West seguía empujando los límites del hip hop hacía caminos pocos usuales. Las líricas arrogantes y narcisistas de West se mantenían intactas, pero la instrumentalización seguía pasos de avanzada incorporando masivamente el uso de sintetizadores, teclados, pianos y coros onda góspel, un mix que hizo de este disco uno de los mejores (sino el mejor) del artista y de la década.

 

Death Cab For Cutie – “Transatlanticism”

Uno de los pesos pesados del indie logró en 2003 su mejor obra a la fecha. Con un disco que continuó con el brillante camino que venían mostrando en sus producciones anteriores, DCFC cuajó un ambicioso y ornamentado álbum que les valió el reconocimiento que hace largo tiempo merecían. Más explorativo, con canciones que intercalaban dinámicas calmas con momentos de agresión y basado en las dificultades de las relaciones a distancia, el grupo despachó un disco que aún suena vigente.

 

Arcade Fire – “Funeral”

En su debut los canadienses de Arcade Fire le inyectaron nueva sangre a la escena musical dominada por actos pop desechables. El quinteto se armó con una sección de cuerdas, acordeones, piano y una fuerte sección rítmica, para entregar un disco que era lo más cercano a una ópera rock en el siglo 21. Canciones de coros épicos, que exudaban euforia y descontento, la receta de una de las mejores bandas de la actualidad.

 

Ryan Adams – “Gold”

Dos semanas habían pasado desde el violento ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y “Gold” salía a la venta. Entre sus canciones había una oda a la ciudad de las luces llamada “New York, New York”, canción de tintes folk y alegre percusión que sonó incesantemente en las emisoras locales, tratando de levantar el ánimo de los alicaídos neoyorquinos. Canciones poéticas, evocadoras y con un approach entre country, folk y rock alternativo, el compositor fue catalogado como uno de los cantautores norteamericanos más prometedores de los últimos tiempos.

 

The White Stripes – “Elephant”

Un hombre y una mujer. Una guitarra y una batería. La música que The White Stripes componía en el papel se veía sencilla, ya que con tan pocos elementos uno podría pensar que es difícil que un disco se destaque. No se podía estar más equivocado, en el cuarto disco de la banda de Detroit, el talento de Jack White seguía despuntando y nos entregaba ricas melodías que jugaban entre el rock, el blues y el soul. El revival del rock de garaje alcanzaba su punto más alto con los White Stripes.

 

50 Cent – “Get Rich, Or Die Tryin’”

El lema informal de este disco es: “un millón de copias vendidas por cada bala recibida”. Así se puede resumir la historia de este rapero estadounidense que recibió –en un ajuste de cuentas– nueve disparos en su cuerpo y sobrevivió para contarlo. Las consecuencias las plasmó en un disco de letras duras, gansteriles y que apuntaban al karma con una oscura instrumentalización. Pero había también espacios para temas de combustión instantánea como el inolvidable hit “In Da Club”. Una nueva arma del hip hop había nacido.

 

Fleet Foxes – “Fleet Foxes”

Pop barroco. Dos palabras que no son usuales en el mundo de la música y menos aún en este siglo. Pero esa era la fórmula con la que llegó este conjunto de Seattle en su álbum debut y que fascinó a gran parte de la crítica especializada. Con influencias folk, góspel, de música coral y pop barroco, el sonido de la banda tenía una intimidad y belleza pocas veces vista, canciones que flotaban etéreamente por ambientes gélidos y armoniosos. El folk regresó en gloria y majestad con el sexteto de Seattle.

 

Amy Winehouse – “Back To Black”

Valorar correctamente la obra de alguien que recién falleció es difícil, sobre todo si esta obra es la última que produjo en su carrera. En su segundo álbum, Winehouse confirmó que el ruido que había hecho con su primer LP no era un accidente. Este disco era un compendio de canciones de tintes sombríos y de un estilo que se nutría del R&B de los años 60, mezclados con instrumentos de viento y ritmos que eran casi hip hop. Ya partió Winehouse, pero su última obra está para enmarcarla.

 

Clap Your Hands Say Yeah – “Clap Your Hands Say Yeah”

Este disco es un ejemplo fiel de lo que es la industria musical en el siglo 21. El conjunto neoyorquino produjo y lanzó por su cuenta este álbum, llegando incluso a enviarlo por correo a cientos de personas. El álbum se transformó en un impresionante boca a boca, que les valió tener a David Bowie y David Byrne como asistentes a sus shows. Guitarras punzantes, sintetizadores, una sección rítmica notable y con melodías brillantes que eran imposible dejar de tararear, Clap Your Hands Say Yeah hizo historia sin contar con un contrato discográfico.

 

Sigur Rós – “Ágætis byrjun”

Técnicamente fue lanzado en su país natal a finales de 1999. Pero en el resto del mundo lo vio el año siguiente, incluso en Estados Unidos recién fue lanzado en 2001. Hay algo en la música de este disco, que te deja sin palabras, es como un coro de ángeles cantando directamente en tus oídos. Tal vez es el indescifrable lenguaje o las majestuosas y orquestadas melodías que flotan livianas, mientras imaginas montañas nevadas, lagos e incluso glaciares siendo iluminadas por un suave Sol matutino. A veces las palabras no son suficientes para describir música como esta.

 

The Shins – “Oh, Inverted World”

Guitarras acústicas y teclados Casio, los instrumentos preponderantes en el primer LP del conjunto de Alburquerque. Simple a primera vista, pero las narrativas y esas brillantes melodías construidas por el talento de James Mercer, estaban lejos de ser simples canciones. Cada tema era una pequeña obra de arte, que unía lo mejor del indie rock y del pop, un disco que tenía en su centro, pura majestuosidad sonora.

 

Radiohead – “Kid A”

Es el disco más importante de la década, en su cuarto disco el conjunto británico abandonó definitivamente el esquema clásico de una banda de rock, cambiando riffs por sonidos electrónicos y ambientales. Su anterior disco “OK Computer” había deslizado algo de esta nueva sangre que corría en el grupo y este álbum vino a confirmar las sospechas: Radiohead era otra banda. Este LP es de esos discos que te desafían a ti como oyente y hacen necesaria más de una oída para captarlo en sus totalidad.La osada apuesta posicionó a Thom Yorke y Cía. como una de las más innovadoras e influenciadoras bandas de todos los tiempos.

 

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