Atentado contra un tribunal en Nueva Delhi se cobra once vidas
La explosión ocurrió en el Tribunal Superior, situado en una zona céntrica y muy concurrida de la ciudad india. El grupo cachemir Harkat-ul-Jihad al-Islami reivindicó el atentado mediante un correo electrónico enviado a la prensa local.
Al menos 11 personas murieron hoy y 64 resultaron heridas por la explosión de una bomba frente al Tribunal Superior de Delhi reivindicada por un grupo islamista, en el primer atentado de entidad en la capital india desde 2008.
La deflagración tuvo lugar hacia las 10.14 hora local (06.44 GMT) en el exterior de la corte junto a la puerta número cinco, que es la que el público general suele utilizar para acceder al complejo.
“La bomba estaba en una maleta. Tenemos restos de ella”, aseguró el secretario indio del Interior, R.K. Singh.
Fuentes de ese ministerio citadas por medios locales cifraron en once los muertos y en 64 los heridos, 15 de ellos de carácter grave.
“Se escuchó un fuerte estruendo y acudí al lugar enseguida. Cuando llegué vi a 25 o 30 personas en el suelo, ensangrentadas, y trozos de cadáveres”, relató a Efe un testigo, el abogado Durgesh Kumar.
Kumar dijo no haber visto a compañeros letrados entre las víctimas, que -según su versión- parecían “gente corriente que hacía cola” para entrar en el edificio.
“Sucedió en la hora punta. A las 10.30 los jueces comienzan las sesiones y desde las 9.00 el público general recoge sus billetes para entrar en los juicios”, argumentó otra abogada del tribunal, Namita Roy.
Roy declaró que en el complejo -que cuenta con nueve puertas de acceso equipadas de escáneres para detectar explosivos- podría haber en el momento del ataque unas 2.000 personas, algunos centenares de ellas en el lugar en que estalló la bomba.
El Tribunal Superior de Delhi está situado en una zona muy céntrica y concurrida de la ciudad, cerca de la emblemática Puerta de la India y junto a la Galería Nacional de Arte Moderno.
El lugar fue acordonado por cientos de miembros de las fuerzas de seguridad inmediatamente después de la explosión, a la que sucedió una fuerte lluvia monzónica que dificultó las tareas de rescate y la investigación por parte de las autoridades.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, condenó la acción desde Bangladesh, donde se halla en visita oficial, y la calificó de “ataque cobarde”, al tiempo que instó a todas las fuerzas políticas a “luchar” juntas “contra esta escoria”.
A la condena se unió el ministro indio del Interior, P.Chidambaram, quien se desplazó al lugar de los hechos y apeló desde allí a la población a “permanecer unida”, según un comunicado difundido por su oficina. “El objetivo de los grupos terroristas es propagar miedo y desestabilizar el país”, subrayó.
En un correo electrónico enviado a la prensa, el grupo cachemir Harkat-ul-Jihad al-Islami reivindicó el atentado, perpetrado en protesta por la pena de muerte contra el militante Afzal Guru por su implicación en el ataque al Parlamento indio de 2001.
“Nuestra demanda es que se revoque la sentencia. De lo contrario, atacaremos las cortes importantes de la India y el Tribunal Supremo”, amenazó la organización islamista, que lucha por la causa de los musulmanes de Cachemira.
Esa región, de mayoría musulmana, se la disputan la India y Pakistán, que se han enfrentado por ella en dos guerras y otros conflictos menores desde su independencia, en 1947.
Las autoridades indias acusan a las paquistaníes de dar refugio y apoyar a grupos extremistas que infiltran a combatientes en la parte india de Cachemira para atacar a las fuerzas de seguridad.
La corte atacada hoy ya había sido el blanco de un atentado el pasado 25 de mayo, aunque en esa ocasión la explosión no se cobró víctimas.
Los últimos ataques de envergadura en Delhi ocurrieron hace tres años, en septiembre de 2008, cuando dos acciones terroristas se sucedieron en un intervalo de dos semanas en lugares concurridos de la capital india y causaron una treintena de fallecidos.
En la India, el objetivo más reciente fue su capital financiera, Bombay, donde 26 personas perdieron la vida en julio en una cadena de explosiones casi simultáneas en tres puntos de la ciudad.