Melero justifica el uso de la fuerza pública en el Congreso
El parlamentario se refirió al desalojo del miércoles pasado, y recordó que el senador Girardi también ha ordenado expulsar a manifestantes del Senado.
El presidente de la Cámara de Diputados, Patricio Melero, defendió la medida tomada en la sesión del día miércoles, cuando ordenó el desalojo de las tribunas mientras se desarrollaba una sesión que analizaba los desórdenes públicos y la actuación policial ante éstos. El hecho provocó que los jefes de bancada de la Concertación y del Partido Comunista solicitaran la censura de la mesa encabezada por él.
El parlamentario hizo estas declaraciones esta mañana a Radio Cooperativa. En la entrevista, señaló que el rol de la autoridad era buscar equilibrio y diálogo, que considera “esencial” para la democracia. Sin embargo, insistió en que no se podía permitir ni avalar que “grupos violentistas, muy antidemocráticos, que bajo el uso de la fuerza y de la violencia, pretendan entorpecer el normal desarrollo del libre ejercicio democrático”.
Junto con afirmar que “en todos los países del mundo se impide, se restringe el acceso a las tribunas”, Melero recordó que el mismo presidente del Senado, Guido Girardi, quien ha criticado la decisión del legislador UDI, “ha desalojado con Carabineros al menos ya dos veces este año el Senado, una vez a un grupo de cristianos evangélicos y otra a un grupo de personas que protestaban”.
Para resolver las demandas sociales, “el camino es más democracia, más participación, abrir más las puertas, pero también -pongámoslo claro- no puede significar esto que se ampare esta suerte de violentismo o libertinaje donde el derecho a disentir o expresar una opinión no se hace por la vía verbal sino por la vía violenta de ir a tomarse o interrumpir una sesión“, observó.
Finalmente, el presidente de la Cámara Baja habló de la discutida adquisición de los iPad para los diputados, la cual luego de la polémica fue dejada sin efecto. Para Melero, el fenómeno se produjo por “una disociación entre las decisiones que se adoptan y cómo la sociedad las percibe“. Concluyó que en estos días la opinión pública “no admite ningún tipo de acción que no tenga una muy clara justificación o se considere imprescindible”.