“10 canciones de medianoche”, de Son de Calle
El espacio musical que transmite 13 Cable comparte sus recomendaciones musicales en boca de su equipo de realizadores.
En Son de calle la música toma otro ángulo: el de los recitales improvisados en lugares comunes y corrientes. Algo que los realizadores europeos llamaron a mitad de la década pasada “conciertos de bolsillo“, un formato de apropiación de espacios en donde la música en directo y cruda se transforma en protagonista.
La idea es simple: llevar a las bandas a tocar por barrios que los identifiquen sin enchufes ni parlantes; el formato, lo es todavía más: En Son de calle la cámara no se apaga nunca, o no hasta que la música termina y todo es tan espontáneo que si se cruza un bailarína improvisado, suenan un par de pifias o alguien saluda a la cámara se publica.
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Todo cabe en estos pequeños documentales que desde 2009 vienen desarrollando los realizadores Alejandro González, Martina Orrego y Diego Méndez, que cuentan más de 40 capítulos con bandas como Sinergia, Angelo Pierattini, Camila Moreno, Matorral, Primavera de Praga, Zalo Reyes o Aguaturbia y que estrenan un nueva temporada por las pantallas del canal 13 Cable la segunda quincena de noviembre.
Las 10 canciones imperdibles de la música chilena
1- El Reflejo del Salar – Leo Quinteros. Un delirio musical que sobresale del álbum Los Accidentes del Futuro (2007), tirado crudamente a un rock con sentido, con letras cotidianas y bien santiaguinas. Pero El Reflejo del Salar, casi a la mitad del disco, pone un lapsus intenso y a momentos sicodélico. Una concatenación de instrumentos que pocos músicos han logrado y que un Leo Qunteros, bastante contemporáneo, supo mezclar los sonidos para crear más que una hermosa canción, una verdadera obra cumbre de la música chilena actual.
2- Mediodía – Matorral. Quizá, la mejor banda chilena de la historia reciente. Una canción, que entre el gran y prolijo repertorio que Felipe Cadenasso y Gonzalo Planet poseen, es difícil escribir sobre ella como si fuese la mejor. Un rock auténtico, un rock que no es pretencioso y que por sí mismo genera un sonido original, un sonido chileno. Mediodía, una progresión que en menos de tres minutos logra crear una propuesta potente, rabioso pero esperanzador, algo así como para darse un empuje, levantar la cabeza mientras caminan por el centro de la ciudad. Muy, muy recomendado.
3- Aplasta tu Generación – Philipina Bitch. Un muy buen diagnóstico de lo que en nuestras cabezas, hace rato estaba pasando; un anuncio de lo que se venía viviendo hace varios años y un frontal e iracundo reflejo para todos aquellos que detestan a las masas y tomaron consciencia de lo que se fue cultivando. Una cachetada para los viejos, un golpe en la sangre para los jóvenes. “Ya se siente el olor, de la putrefacción, ya se siente el temblor, ya se siente el temblor; aplasta tu generación, aplasto mi generación”.
4- Ayer – Santos Dumont. Una auténtica canción de amor, pero una canción de amor que carece de clichés. Una canción de amor con sentido, que dice lo preciso en un par de versos. Para dedicar o para guardársela a uno mismo. “Tengo otra voz para olvidar, el manto triste de planetas, muchas veces creí partir, hacia las cumbres verdaderas”. Gran trabajo de la extinta agrupación liderada por Julián Peña. Un poema recitado en clave rock.
5- Esas Mañanas – Jorge González. Una balada. Guitarra más voz. Guitarra más voz de una piedra angular de la historia músical chilena: Jorge González. Un desgarrador Jorge González, despechado, que crea un bello soundtrack del desamor, de la soledad, de los vacíos… en “esas mañanas”. Para todos aquellos que estén buscando una letra, un ritmo y un sentimiento donde refugiar la pena y la tristeza de una forma magistral, simple y sin adornos: ésta es su canción.
6- Las Meninas – Mecánica Popular. Una gran canción de una gran agrupación que vio madurar a uno de los grandes exponentes del folk nacional: Manuel García. Una completa revisión o quizá una excelente fotografía del sonido que caracterizó a la “movida” de la música nacional a comienzos de la década pasada. Con una letra que cuenta escenas, que narra historias, que en su ritmo e instrumentos venía anunciando de lo que en más tarde desembocarían estos sonidos.
7- Amar en el Campo – Teleradio Donoso. Una canción que destacamos porque fue un prometedor anuncio de lo que en 2008 podría ser el sonido de una banda que rompería con todos los esquemas por su frescura e innovación que, hasta ese minuto, ofrecía un recatado pero pintoresco Álex Andwandter. Amar en el Campo fue esperazandora. Nos decía que el camino de la música chilena iba a ser demarcado por una agrupación que sonaba bien, impresionantemente bien… pero lamentablemente, no fue así.
8- La Muñeca – Perrosky. Sencillamente… una muy buena canción de un muy buen disco (El Ritmo y la Calle, 2007).
9- Retorno a la Base – Fother Muckers. Cristóbal Briceño no podría haber tenido mejor pretexto para escribir una canción de este tipo: la crisis global, no de la economía, no de la política, no de la cultura. Es una sugerente canción que habla de lo que nos convendría hacer en estos tiempos de convulsión: retornar a la base, volver a las raíces, tocar tierra. Muy recomendable para aquellos que aún andan volando bajo y comprender, de una manera musicalmente formidable, lo que está pasando en nuestras casas, relaciones, país, planeta, mundo y universo.
10- Los Adolescentes – Dënver. Recomendada, porque es un tapaboca para todos aquellos que alguna vez despotricaron contra el género “pop”. Con Los Adolescentes, este dúo de aconcagüinos logró reinvidicar una forma de hacer música en su propia ley, sin prejuicios, sin tabúes. Con coros pegajosos, letras sin más condimentos de lo necesario y lo más importante: simplicidad. ¿El resultado? Pop chileno y del bueno.