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9 de Noviembre de 2011

Las dos almas que conviven en Libertad y Desarrollo

El think tank ligado a la derecha vive un proceso de transformación ligado a la llegada de una nueva generación de profesionales, que está propiciando el debate en ámbitos que antes eran casi tabú, como el sistema binominal, los temas valóricos, derechos humanos y culturales.

Por Patricio Ojeda González
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En mayo pasado las oficinas del instituto Libertad y Desarrollo (LyD), el think tank  ligado históricamente a la UDI, fue el escenario de un encuentro inédito en sus 21 años de existencia. A la casona de Alcántara 498 en Las Condes llegó la directiva del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), encabezados por su presidente Rolando Jiménez para sostener una reunión con el director ejecutivo de LyD, Luis Larraín, y el coordinador del Programa de Sociedad y Política, Álvaro Bellolio.

Rompiendo la barrera entre el perfil conservador del Instituto fundado por Hernán Büchi, Cristián Larroulet, Lucía Santa Cruz, Luis Larraín y Carlos Cáceres, entre otros, la organización homosexual llegó a plantear su postura sobre las uniones civiles y la necesidad de legislar en temas patrimoniales, herencia, salud y previsión entre parejas del mismo sexo.

La cita, según comentan al interior del instituto, es una muestra palpable de lo que varios tildan como el “nuevo aire” del centro de estudios. Y es que en los últimos años, al interior de LyD conviven dos almas, que dan cuenta de las diferencias generacionales que representan los fundadores y los nuevos académicos que se han incorporado.

Esta nueva generación poco a poco ha ido ganando espacio al interior del organismo. En promedio bordean los 35 años y está representada por Rodrigo Delaveau, José Francisco García, Daniel Montalva, Álvaro Bellolio, Francisco José Klapp y Rodrigo Troncoso, entre otros. Lograron hacerse  un espacio al interior de LyD a partir de los movimientos de la grúa estatal, dado que el gobierno del Presidente Sebastián Piñera sacó de sus oficinas a más 20 profesionales del centro de estudios para integrar ministerios, subsecretarías o los equipos de las carteras, en el rol de asesores.

A partir de eso, según comenta un integrante de la entidad, la institución comenzó a tratar temáticas que antes no estaban en su agenda, como las reformas estructurales al sistema binominal y la elaboración de documentos en materias como cultura y derechos humanos. También se abrió a conversar temas valóricos como las regulaciones de hecho, discusión que derivó en varios aportes al proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja presentado en agosto de este año por el Presidente Sebastián Piñera y al que se resistieron públicamente los históricos del Instituto como el ministro Cristián Larroulet, quien afirmó en octubre que “creemos que el matrimonio es por esencia la unión entre un hombre y una mujer, es la mejor base posible de la vida familiar. Rechazaremos cualquier intento por desnaturalizarlo” y la actual senadora  Ena Von Baer, quien afirmó que “lo que he leído (de la iniciativa) no me gusta. Yo soy de las personas que creen que el matrimonio es entre un hombre y una mujer”.

Pero las cosas han variado al interior de la LyD . Según confidencia un consejero, hoy incluso hay abiertos partidarios del matrimonio homosexual.  “Hay más de uno que no cree que sea tan terrible”, dice la misma fuente. De hecho, el tema fue tratado en un debate interno que generó un boletín sobre ese tema en que quedó reflejada una postura más conservadora y otra más liberal, defendida por las nuevas corrientes que aterrizaron en la institución.

El documento “Acuerdo de Vida en Pareja” del 19 de agosto de 2011 señala que quienes defendieron una mirada más tradicional -principalmente representada por el Consejo Editorial, que es compuesto por los fundadores del Instituto, esgrimieron que aceptar la discusión de este tema implicaría debilitar el matrimonio -tratándolo sólo como una unión emocional entre adultos-; oscureciendo el valor de la parentalidad de personas de sexo opuesto -ideal que estaría sustentado en la mejor evidencia científica disponible-; y una amenaza para la libertad moral y religiosa, lo que se traduce, por ejemplo, en el menoscabo del derecho de los padres respecto de la educación y crianza que se quiere entregar a sus hijos.

En la vereda opuesta, el ala más progresista tuvo opiniones divididas. Los nuevos personeros adscribieron a la tesis de algunos autores que creen que sólo el matrimonio homosexual en iguales términos que el heterosexual satisface el criterio de igualdad -o de no discriminación arbitraria-, por lo que la existencia de uniones civiles no satisface dicha condición.

Cambios al binominal

Otro tema que evidencia las dos almas que hoy coexisten al interior del LyD es el sistema binominal. Los históricos han sido reacios a los cambios. Hernán Büchi ha afirmado en innumerables ocasiones que si bien no fue partidario del sistema en un comienzo, fue Jaime Guzmán quien lo convenció de la fórmula, dado que “asegura estabilidad y va mucho más allá de una vía para ordenar el debate en dos bloques en vez del modelo de tres tercios”.

Sin embargo, en las últimas semanas Álvaro Bellolio y y Jorge Ramírez, lanzaron un documento denominado “Sistema Binominal y Modernización Electoral: Evaluación y Lineamientos de Reforma que incluye varias propuestas  controvertidas para un sector de la centroderecha. Entre estas destacan cambios en la inscripción, forzando que ésta sea automática, lo que daría paso a 4,7 millones de nuevos electores, para generar un aumento directo en la competencia. Además, apuntan a generar un sistema de primarias voluntarias vinculantes en los partidos políticos para la selección de candidatos.

En una segunda etapa, el documento plantea un redistritaje que permita cambiar las zonas por las cuales se eligen los actuales parlamentarios y otras propuestas como el establecimiento de parlamentarios nacionales o el ingreso de un mayor número de candidatos. Esto, pese a que los presidentes de los partidos de la Alianza han sido tajantes al rechazar los cambios al actual sistema.

También ha cambiado la forma cómo se relacionan con otros centros de estudios y agrupaciones. Hoy, LyD está patrocinando la campaña “Inscripción Automática” de la agrupación ciudadana “Salvemos la democracia”, que apunta a acelerar y presionar la tramitación de la reforma que permitirá implementar la inscripción automática de ciudadanos al registro electoral. Para ello, a mediados de octubre iniciaron conversaciones con Larroulet en el Palacio de La Moneda y con la senadora Soledad Alvear, para después continuar con otros parlamentarios. En esta campaña participa activamente José Francisco García, coordinador de Políticas Públicas y parte de la dirección de la institución, y comparten roles con el Movilh, ProyectAmérica, Independientes en Red y otras organizaciones.

“Tenemos 90% de acuerdo y 10% de desacuerdo”

Respecto al cambio que se ha dado en la configuración de Libertad y Desarrollo, Bellolio aclara que pese a que cambió un gran número de integrantes, los lineamientos siguen proviniendo del Consejo que integran en su mayoría los fundadores, y que ejecuta Luis Larraín. “Cambió la plana casi completa y eso genera oportunidades, otros temas de estudio, siempre en la defensa de la sociedad de oportunidades y en ese sentido hay temas un poco más amplios que históricamente no se han tocado, como los temas culturales o de derechos humanos. Un centro de estudios del siglo 21 tiene que estar dispuesto a dar todas las peleas”, afirma.

En ese sentido, José Francisco García, dice que los consensos en la mayoría de los temas siguen igual que hace unos años. “Podríamos decir perfectamente que tenemos un 90% de coincidencia en los temas que tratamos y un 10% de posiciones encontradas, pero cuando eso ocurre tratamos de exponer todas las visiones, sin pasar a llevar la postura contraria. En ese sentido, no hay dos almas, sino que siempre hemos estado alineados”. Eso sí, aclara que si bien históricamente se les ha ligado a la centro derecha “en algunas cosas no vamos a estar de acuerdo con el gobierno y en La Moneda se entenderá que es así y nosotros sabemos que  nuestros ex consejeros están en otro rol, ahora desde otra vereda. Eso es válido para el gobierno aunque venga de gente que trabajó con nosotros. No nos perdemos que en muchas veces vamos a trabajar con el gobierno y con la centro derecha, pero somos independientes”, aclara.

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