China tendría arsenal nuclear mucho mayor de lo que se cree, según estudio
Dirigido por un ex alto funcionario del Pentágono, el informe establece que un cuerpo militar asiático estuvo encargado de crear una red de 3.000 kilómetros de túneles secretos supuestamente para proteger y manejar el arsenal nuclear del país.
China tendría oculto en un sistema de túneles un arsenal nuclear mucho mayor de lo que se cree, cercano a las 3.000 ojivas, según un estudio de un grupo de estudiantes de la Universidad de Georgetown (EE.UU.) dirigido por un ex alto funcionario del Pentágono.
El estudio, divulgado hoy por los medios estadounidenses, se basa en miles de imágenes captadas por satélite y en cientos de documentos militares del Cuerpo de la Segunda Artillería de China, encargada de construir una red de 3.000 kilómetros de túneles secretos supuestamente para proteger y manejar el arsenal nuclear del país.
La investigación comenzó en 2008 cuando el terremoto registrado en la provincia china de Sichuan reveló la existencia de túneles subterráneos que colapsaron.
Dirigidos por el profesor Phillip A. Karber, de 65 años y que fue un alto funcionario del Pentágono durante la Guerra Fría, un grupo de estudiantes empezó a indagar en la historia y función de esos túneles a través de imágenes satelitales halladas en Google, de traducir documentos militares y de leer a bloggers chinos.
En tres años lograron crear una enorme base de datos con más de 1,4 millones de palabras sobre la Segunda Artillería y sus túneles.
En diciembre de 2009, el Ejército chino admitió por primera vez que la Segunda Artillería había construido una red subterránea de más de 3.000 kilómetros de túneles que incluye bases profundas para enfrentar posibles ataques nucleares.
Según el estudio de los universitarios de Georgetown, en esos túneles estarían ocultas unas 3.000 ojivas nucleares, una cantidad mucho mayor al arsenal chino estimado, que se calcula que tiene entre 80 y 400 cabezas.
Estados Unidos tiene unas 5.000 ojivas listas para su despliegue y Rusia en torno a 8.000, según cifras del diario The Washington Post.
La investigación, de 363 páginas y aún sin publicar, será estudiada en una audiencia en el Congreso y ha sido ya distribuida entre altos funcionarios del Pentágono.