Gigantes de la red se levantan contra proyecto de ley antipiratería de EE.UU
El proyecto Stop Online Piracy Act (SOPA), cuya fecha límite de aprobación es el día 24, permitiría al Departamento de Justicia estadounidense investigar, perseguir y desconectar a cualquier particular o empresa que pudiese ser acusada de subir material con derechos de autor dentro y fuera del país.
Las grandes potencias de la red como Google, Facebook, Twitter o LinkedIn amenazan con cerrar sus servicios el próximo día 23 para protestar contra la ley antipiratería que debatirá el Congreso de EEUU al regreso de sus vacaciones.
El proyecto Stop Online Piracy Act (SOPA), cuya fecha límite de aprobación es el día 24, permitiría al Departamento de Justicia estadounidense investigar, perseguir y desconectar a cualquier particular o empresa que pudiese ser acusada de subir material con derechos de autor dentro y fuera del país.
Agrupadas en la plataforma Netcoalition.com, Google, Yahoo!, Facebook, Foursquare, Twitter, Wikipedia, Amazon, Mozilla, AOL, eBay, PayPal, IAC, LinkedIn, OpenDNS y Zynga se han unido para intentar paralizar la iniciativa legislativa, mientras que decenas de empresas de comunicación de menor escala han manifestado su apoyo.
Desde 1998, la ley que perseguía la piratería en Estados Unidos era la denominada Digital Millenium Copyright Act, que obligaba a retirar el material ilegal a las páginas web que hacían uso del mismo, pero no tenía competencia sobre lo que fuese publicado desde otros países.
Los miembros de Netcoalition.com rechazan esta propuesta pero han apoyado el proyecto de ley conocido como Online Protection and Enforcement of Digital Trade Act (OPEN), promovido por el republicano Darrel Issa y el senador demócrata Ron Wyden.
“Les escribimos para expresar nuestro apoyo a la legislación que están desarrollando para hacer frente a la violación de derechos de autor y a la falsificación, publicada la semana pasada en www.keepthewebopen.com como Ley OPEN”, manifestaron las grandes potencias de la red en una carta abierta.
“Este enfoque va contra sitios extranjeros deshonestos sin causar daños colaterales a los legítimos y es respetuosa con la ley de empresas de Internet en EEUU, estableciendo buenas medidas de defensa comercial internacional contra este problema”, añaden.
Por su parte, el proyecto SOPA obligaría a los motores de búsqueda, proveedores de dominios y empresas de publicidad estadounidenses a bloquear los servicios de cualquier página web que esté bajo investigación del Departamento de Justicia estadounidense por haber publicado material bajo derechos de autor y se encuentre en cualquier lugar.
Estos proveedores, cuya mayoría se ubican en Estados Unidos, tendrían que cumplir con las peticiones del Departamento de Justicia para evitar ser ellos mismos los afectados por la regulación.
Los fundadores de los grandes sitios de internet también remitieron una carta al Congreso en la que argumentaron que el proyecto SOPA “va a crear un ambiente de miedo e incertidumbre tremendo para la innovación tecnológica, y perjudica gravemente la credibilidad de Estados Unidos en su papel como administrador de la infraestructura de claves de internet”.
El exsubsecretario del Departamento de Seguridad Nacional Stewart Baker apoya los argumentos de Netcoalition.com y asegura que el proyecto SOPA “hará un gran daño a la seguridad en internet, sobre todo por poner obstáculos en el camino de DNSSEC, un protocolo diseñado para limitar ciertos tipos de delitos en internet”.
El congresista republicano por Texas Lamar Smith, principal impulsor del proyecto de ley, aseguró en un comunicado que las censuras hacia el texto están basadas en hipótesis alejadas de la realidad.
“Las críticas hacia este proyecto de ley son totalmente hipotéticas, nada de esto se basa en la realidad. Ninguno de los críticos ha sido capaz de señalar exactamente de qué manera puede afectar a internet. Sus acusaciones simplemente no son respaldadas por los hechos”, dijo.
Aun faltan unos días para la deliberación del Congreso y el apagón de Google, Facebook y otros sitios todavía no está confirmado, pero su cierre voluntario, aunque fuese solo durante algunas horas, podría causar grandes pérdidas económicas, un hecho sin precedentes.