Agrupación de Escépticos te cuenta cómo renunciar al catolicismo
Abandonar la fe católica no es cualquier cosa. Debe seguirse un procedimiento formal llamado "apostasía", del que poco se sabe. Algo que la AECH quiere remediar.
Para quienes han sido bautizados por la Iglesia Católica, la pregunta sobre su identificación con dicho credo es algo que surge en algún momento de la vida. La mayoría de los feligreses católicos reciben el sacramento cuando son niños, sin serles consultado si quieren adscribir a esa religión. Por ello, no son pocos lo que eligen renunciar a la fe católica.
Pero el asunto no es tan sencillo. La Iglesia requiere de un procedimiento formal para ser removido de sus registros. Éste acto lleva el nombre de Apostasía, y en general es bastante poco conocido a nivel masivo.
Sin embargo, y tal como las organizaciones religiosas hacen campaña para captar más fieles, otros lo hacen con el fin opuesto. Es el caso de la Asociación Escéptica de Chile, grupo dedicado “al fomento de la ciencia y la razón para la refutación de las afirmaciones irracionales”, y que, como consigna Radio Bío Bío, publica este jueves en su blog los pasos para renunciar formalmente al catolicismo, es decir, apostatar.
En el artículo publicado por AECH, el autor, junto con dar cuenta de su largo camino a la apostasía -le tomó casi tres años formalizar su situación- detalla que el procedimiento, definido como “el rechazo total de la fe cristiana”, se encuentra establecido en el canon 751 del Código de Derecho Canónico.
En síntesis, para poner en práctica la apostasía debe llenarse un documento, que se puede bajar de la web, el que se entrega en la diócesis correspondiente, junto a una fotocopia del carnet de identidad por ambos lados. A continuación debe agendarse una reunión con un sacerdote, portando cédula de identidad y partida de bautismo.
Tras la conversación con el prelado, al apóstata se le requiere firmar una “Declaración Formal de Abandono de la Fe Católica”, la que una vez aprobada se notifica a la parroquia donde está el registro de bautizo de la persona, al que se agregará una nota dejando constancia de la renuncia.
Si se arrepiente, dice el autor del artículo, la cosa es bastante más simple: según le dijo un cura, si quería volver a ser católico “solo debía acercarme a una iglesia y decirle al párroco que era apóstata y que quería volver a ser católico y… ¡listo!”
¿Qué consecuencias trae esto? Obviamente, ya no podrá ser padrino de bautismo ni confirmación de nadie. No podrá enseñar en nombre de la Iglesia ni ejercer oficios eclesiásticos, ni recibir sacramentos. Y tampoco podrá tener una misa cuando muera, aunque probablemente a esas alturas a usted no le importe.