Sabina: “No tenemos sexo porque Serrat no quiere”
Veinte minutos con Sabina y Serrat previo al lanzamiento de “La orquesta del Titanic” (Sony Music), el nuevo álbum que se publica mañana en España.
Aviso a navegantes: no tienen planes de jubilación.«Mientras la salud lo permita», asevera Serrat. Y Sabina asiente con la cabeza, Ducados en mano. Son pareja de hecho, «porque es evidente», y de derecho, «porque cada uno se gana la parte que le corresponde», apunta el catalán. «Y no hay sexo porque Serrat no quiere», bromea Sabina.
Se preparan para su segunda luna de miel, que los tendrá fuera de casa cerca de un año. La primera fue tan buena, afirman, que preparar ésta ha sido, «como dice Krahe, ‘toser y cantar», explica Sabina. Sólo tuvieron que hacer un disco: ‘La orquesta del Titanic’. «El primero juntos, que el otro era un directo», recuerda Serrat. Y el principio de su idilio. «Estamos muy ‘azucaraos’, pero es que es verdad que nos lo pasamos muy bien juntos», recalca el catalán. No miente y se nota. De no ser así, la gira que tienen entre manos no saldría adelante.
Pero hay algo más que añade Serrat: «Habitaciones separadas y que las mujeres se lleven bien». «En este caso son amigas íntimas, así que están locas por venirse de gira», interrumpe el de Úbeda. «Y que la generosidad pueda a la vanidad», sentencia el ‘Nano’.
La salud, ahora bien, gracias. Pero ambos han pasado lo suyo. «Tuvimos mucha suerte y buenos médicos», dice Serrat. «Y un trabajo cojonudo que nos encanta», añade Sabina. Entonces da una calada al cigarro y recuerda: «Yo estuve una semana con esta mano (derecha) inmóvil; si me llego a quedar así… ¡Qué jodido, porque es la del ritmo!». «Bueno», tranquiliza el catalán, «podrías haber hecho los acordes».
Defectos y virtudes No hay. «Esto es un paquete y viene con todo, con lo que te gusta y con lo que no», dice Serrat sobre el tándem que ha hecho con Sabina. Y ellos se aceptaron desde el principio.«Nuestros amigos no nos daban ni dos semanas», dice Sabina.
Dos cuervos negros Van de negro porque empatizan más con los cuervos que con los cisnes y porque les gusta «ese rollo ‘Blues Brothers’, pero luego nos desnudamos», bromea Sabina. Lo malo es que «antes nos pedían autógrafos para las hijas y ahora para las abuelas».
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