Masajes: dar y recibir amor

Hay que prepararse para celebrar en grande este 14 de febrero -día de los enamorados- y qué mejor que con una experiencia colmada de tacto, bienestar y afecto. Por ello, junto a Salcobrand te entregaremos algunos tips para compartir las más ricas caricias junto a tu pareja.

1- Para realmente invitar al placer sensible es necesario preparar el ambiente, es decir, procurar una atmosfera relajante a la vista, oído, olfato y por supuesto tacto. Te recomendamos: encender una barrita de incienso aromático o quemar un aceite aromático para que perfume todo el ambiente. Elige una luz tenue y un poco de música de sonidos de la naturaleza o tribales: olas, trinos de pájaros, tambores etc. Opta por un lugar cómodo tanto para el que se encuentra en posición horizontal como para el que le toca el turno de dar el masaje: una cama amplia o una camilla un poco alta.

2-Tips para la sesión:

a) Elegir un aceite aromático corporal con virtudes sedantes, por ejemplo: lavanda, vainilla, jazmín, etc. frotarlo en las manos y aplicar sobre todo el cuerpo de la pareja.

b) Dedicar un masaje a consciencia a las diferentes zonas del cuerpo, tratando de forma diferenciada los músculos a las vertebras. Es importante que la zona del abdomen, pecho y espalda sean trabajadas con más delicadas.

c) A medida que se avanza en el masaje ir cubriendo el cuerpo con toallas, dejando desnuda sólo la parte del cuerpo que está masajeando en cada momento, ello ya que cuando recibimos un masaje relajante, la temperatura corporal desciende y podemos sentir frío.

3- Tras el masaje, dar un toque especial de amor y energía a tu pareja imponiendo las manos –sin tocar- sobre la zona del pecho, cabeza y genital, trasmitiéndole todo tu cariño, alegría y gratitud.

4-Dale unos 15 minutos para descansar. Despiértalo poco a poco y con suavidad.

5- Luego de unos minutos relax toca cambiar de rol: el masajeado pasa a ser el masajista.

Este 14 febrero, recuérdense como pareja que el amor es aprender a dar y recibir. Y que tenemos la maravillosa posibilidad de usar nuestro propio cuerpo para compartir amor, bienestar y salud de a dos.