Transantiago cumple cinco años con US$3300 millones en pérdidas
Con lo que el Fisco ha gastado en el polémico plan de transporte público, se podría haber costeado completamente la reconstrucción de viviendas afectadas por el terremoto de 2010.
A cinco años de su puesta en marcha, en febrero de 2007, Transantiago, el plan que iba a cambiar por completo el transporte público en la Región Metropolitana, se mantiene como una gran promesa sin cumplir. Falta de buses, recorridos poco claros, frecuencias irregulares, son sólo algunas de las muchas críticas que este sistema se ha ganado en este tiempo.
En cifras, en este lapso el Transantiago ha significado para el Fisco un gasto de más de 4.433 millones de dólares por concepto de subsidios y pérdidas por US$3.300 millones, además de montos compensatorios para regiones de 1.133 millones.
Según publica La Tercera, con ese dinero, el Estado podría haber costeado en su totalidad el plan de reconstrucción de 220.000 viviendas destruidas por el terremoto del 27-F, que asciende a los 2.500 millones de dólares.
Actualmente, el Transantiago mantiene un alto nivel de rechazo, a pesar de múltiples cambios y del paso de cuatro ministros por la cartera de Transporte. La tarifa, por su parte, se ha incrementado 10 veces en los pasados dos años. Con ello, la evasión ha crecido en un 21 %
Pedro Pablo Errázuriz, actual ministro de Transportes, admitió que “el sistema aún tiene una gran deuda: la calidad de servicio a los usuarios. Y es allí donde este año las personas comenzarán a notar los cambios, y ese será el principal objetivo de mi trabajo”.
“El año pasado el foco fue cambiar los contratos pensados en las empresas por contratos pensados para las personas. Lo logramos. Ahora, estamos renegociando con el Administrador Financiero del Transantiago (AFT) y buscando el financiamiento definitivo de un servicio de calidad, de modo de devolver la dignidad a los usuarios”, puntualiza.
Errázuriz agrega que “el gran desafío de este año será devolver la confianza, la certeza en los tiempos de viaje, la calidad, por medio de una malla de recorridos pensada en los usuarios, menos transbordos, buses que sí se detienen en paraderos y que respetan frecuencia y regularidad. El 2012 será el año de la transformación. Los cambios serán plenamente notorios en diciembre”.