Homs, la tumba de cinco de los siete periodistas muertos en Siria

En la ciudad de Homs no sólo se han concentrado los asesinatos del régimen de Bashar Al Asad contra civiles; cinco de los siete periodistas muertos en Siria desde que empezó la revuelta, cayeron en esta ciudad, bastión de los opositores al gobierno.

La periodista norteamericana Marie Colvin, que trabajaba para el dominical británico Sunday Times, y el fotógrafo francés Rémi Ochlik, de la revista Paris Match, murieron durante un bombardeo en el barrio de Babo Amro, mientras otros tres resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, informaron activistas sirios.

Colvin, una experimentada y premiada reportera de guerra con 30 años de carrera, había cubierto numerosos conflictos como los de Timor Oriental, Chechenia, Kosovo y Sri Lanka, donde perdió un ojo, mientras que Ochlik era un joven fotógrafo que había destacado con su trabajo en las recientes revueltas de Túnez, Egipto y Libia.

Ambos se unen a una trágica lista compuesta por otros tres periodistas muertos en Homs y otros dos en Damasco y Qasir, según los datos del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).

El francés Guilles Jacquier, prestigioso reportero de la televisión pública francesa France 2, murió el pasado 11 de enero en Homs, a consecuencia de un proyectil que cayó cuando cubría una manifestación a favor del régimen sirio.

También en esa localidad del centro del país fallecieron los informadores “freelance” Mazhar Tayyara, el pasado 4 de febrero, y Basil al Sayed, el 27 de diciembre pasado.

Tayyara, cámara y fotógrafo que había trabajado para la Agencia France Press, The Guardian o Al Yazira, murió por el impacto de los bombardeos de las fuerzas gubernamentales cuando ayudaba a algunos heridos en un primer ataque, según el testimonio de un amigo.

Sayed, un camarógrafo de 24 años que había difundido en internet las primeras imágenes de la represión en Homs, falleció en Baba Amro, como Colvin y Ochlik, cinco días después de recibir un disparo en la cabeza en un puesto de control por las fuerzas de seguridad, a tenor de las informaciones recogidas por el CPJ.

Los otros dos informadores fallecidos en Siria desde el comienzo de la revuelta, hace casi un año, son el también camarógrafo, Ferzat Jarban, y el veterano periodista Shukri Abu al Burghul.

Jarban murió en la ciudad de Qasir, en la provincia de Homs, el 19 o 20 de noviembre pasado. Ese día su cadáver apareció en una carretera, después de que fuera arrestado la víspera, cuando tomaba imágenes de una manifestación antigubernamental, según testimonios recogidos por activistas y difundidos por el CPJ.

Ferzat Jarban, cuyas imágenes de la revuelta siria fueron difundidas por medios árabes, fue el primer periodista que moría en Siria por su trabajo desde 1992, cuando el CPJ comenzó su tarea de recopilar información.

El otro periodista fallecido desde el inicio de la revuelta fue Al Burghul, un veterano de 56 años que había trabajado durante tres décadas en medios estatales.

Editor del diario Al Thawra y con programa propio en Radio Damasco, Al Burghul falleció el pasado 3 de enero a causa de los disparos en la cabeza que recibió de un hombre armado y no identificado en su casa del suburbio de Darya de la capital siria.

Si en todos los demás casos el CPJ habla de muertes por motivos confirmados, a las causas de la muerte de Al Barghul las considera “no confirmadas”, dado que el motivo es incierto, pero es posible que su asesinato tuviera conexión directa con su trabajo y se sigue investigando.

Ayer, al presentar su informe anual, el CPJ reveló que al menos 46 periodistas fueron asesinados en 2011 en todo el mundo, aunque no descarta que ese número pueda crecer porque están investigando otras 35 muertes del año pasado para determinar si estuvieron relacionadas con la labor periodística.