Pilar Cuevas: la cuestionada carta del gobierno para negociar el conflicto en Aysén
Fue seremi durante la dictadura, no tiene apoyos políticos ni en la UDI ni en RN en la región de Aysén y los dirigentes del Movimiento dicen que no se sentarán a conversar con ella e insisten en la llegada de un interlocutor válido.
Hace tres semanas, cuando aun la región de Aysén no copaba los noticieros y los diarios a nivel nacional por las protestas en demanda de mejoras en la calidad de vida de los patagones, el Movimiento Social por la Región de Aysén hizo una de sus primeras apariciones públicas con una conferencia de prensa frente a la intendencia Regional.
Tras el encuentro con la prensa local el grupo encabezado, entre otros, por el presidente de los pescadores artesanales de Aysén, Iván Fuentes, y por el vocero del movimiento Patagonia Sin Represas, Patricio Segura, se reunió con la intendenta Pilar Cuevas para advertirle que los plazos de estudio de sus demandas habían terminado y que, de no haber una respuesta concreta del Ejecutivo, iniciarían protestas públicas.
En privado Cuevas intentó persuadir a Fuentes de no mezclar sus demandas con la agenda política de los restantes dirigentes y, posteriormente, frente al resto de la dirigencia del Movimiento cerró la discusión de manera abrupta. “Si intentan algo así se enviarán carabineros”, dijo, según afirma un testigo del encuentro.
Al día siguiente la autoridad regional dio inicio formal a sus vacaciones en Puerto Madryn al sur de Argentina, las que debió interrumpir el jueves 16 por mandato del subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, que con el conflicto ya desatado debió viajar a la zona para hacer control de daños y volver a Santiago con el detalle de las demandas de los ayseninos.
Pese a la escasa sintonía del movimiento social con la autoridad regional, este jueves Pilar Cuevas fue nominada por el Ejecutivo como única negociadora en el conflicto que ya se arrastra por 12 días y que tiene a la Región de Aysén con un 70% de desabastecimiento producto del bloqueo de caminos y que ha convertido a la zona en el escenario de duros enfrentamientos entre los pobladores y Carabineros.
La estrategia del Ejecutivo, que apunta a dar una señal de fuerza ante la violencia desatada en la zona y que busca proteger la agenda del gobierno de conmemoración del 27F, no fue bien recibida ni por los dirigentes del Movimiento ni por las autoridades locales, que junto con criticar la postura intransigente del gobierno han puesto en duda la capacidad negociadora de la dirigente de RN, que se hizo conocida en Aysén durante la dictadura cuando llegó a la zona para ocupar la Secretaria Regional Ministerial de Gobierno.
“A la intendenta le consta que ha habido retraso en muchas promesas. La gente ve que las autoridades de la región no gozan de la fuerza ni el poder para resolver temas tan importantes como el de los combustibles”, señaló el diputado UDI, David Sandoval, tras conocer la determinación del gobierno.
Pilar Cuevas Mardones (46 años) es reconocida en Aysén por su estilo ejecutivo y pragmático, características que sus detractores asocian más bien una forma personalista y autoritaria de desenvolverse.
“Este conflicto se desató por la ausencia de un espacio para conversar las demandas de los dirigentes. Pero en vez de responder con el diálogo se optó por la poca diplomacia”, dice una autoridad de la zona en referencia a Cuevas.
Tras el abrupto término de su descanso legal, la intendenta se abocó a las negociaciones con la dirigencia del Movimiento. El lunes pasado acompañó a los ministros de Salud, Jaime Mañalich, y de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, en la maratónica jornada de conversaciones que sustuvieron en la Gobernación de Aysén con los líderes de las protestas.
Testigos de ese encuentro aseguran que la intendenta no jugó un papel preponderante en la cita, que más bien fue conducida por el titular de Salud y que, tal como relató El Dínamo, tuvo un momento de alta tensión pues Mañalich condicionó el acuerdo alcanzado en salud a que se firmara en Coyhaique, solicitud – que según comentan dos fuentes- fue avalada por la autoridad regional, lo que provocó la molestia de los presentes, que le enrostraron a Cuevas su escasa sintonía con las demandas de la zona. “Del ministro lo entiendo, porque no es de acá, pero de ti Pilar, no, es como si no entendieras cual es el conflicto, es una gran bofetada para todos los puerto ayseninos”, le contestaron los dirigentes a la autoridad, según recuerda uno de ellos.
Buena evaluación de La Moneda
No obstante a nivel local no fue bien recibida la decisión del Gobierno de poner la responsabilidad negociadora en la intendenta, entre quienes conocen su trayectoria política se explican claramente la confianza desde La Moneda.
La máxima autoridad de la Región de Aysén goza de una alta valoración en Palacio, particularmente entre el Presidente Sebastián Piñera, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter y el subsecretario Ubilla. De hecho, varias fuentes en Coyhaique aseguran que tiene un parentesco político con éste, aunque esa versión no fue corroborada por el equipo de Cuevas.
La ex presidenta regional de RN fue una figura clave durante la campaña presidencial de Piñera en la zona sur del país. Y los resultados de los comicios hablan de una gestión exitosa, pues el actual mandatario obtuvo su mayor votación en la Región de Aysén: 51.19% de votos.
Pese a las credenciales que le dieron los resultados electorales, Cuevas no goza de apoyos políticos en su zona. De hecho, es conocida su distancia con la UDI local, particularmente con el diputado David Sandoval y con el alcalde de Coyhaique, Omar Muñoz.
Con su par de RN, Antonio Horvath tampoco goza de sintonía, pues en la zona es sabido que el senador tenía otro candidato para asumir la intendencia regional: Alejandro Cornejo. Y a eso se suma la postura antirepresas del legislador que contrasta con la pública adhesión de la autoridad al proyecto HidroAysén.
Con el ex diputado RN, Pablo Galilea también hay distancia – según varias fuentes locales-, el actual Subsecretario de Pesca suena como carta para la Cámara de Diputados en las próximas parlamentarias, y Cuevas también podría optar a ese cupo.
En la otra vereda política la animadversión a la intendenta es aun más pública y evidente. Con la alcaldesa de Puerto Aysén, Marisol Martínez, -según afirman los dirigentes locales- hay una directa pugna, que en estas semanas se ha agudizado debido al rol protagónico que ha alcanzado la edil del PS como una de las líderes del Movimiento Ciudadano por Aysén.
Con quien también Cuevas ha tenido conflictos es con su ex correligionaria de RN, la actual concejal de Aysén, María Inéz Oyarzún, quien renunció al partido, precisamente, por diferencias con la actual autoridad y que hoy se refiere a ella como “la Quintrala”.
Oyarzún tiene una querella interpuesta por la intendenta, por un incidente ocurrido durante una manifestación en que resultó accidentado el edecán de Cuevas.
Un dirigente de los gremios empresariales locales coincide en que la intendenta no cuenta con demasiadas simpatías en Aysén por su estilo confrontacional. Sin embargo, rescata su consecuencia y su lealtad al gobierno. Y comenta que la autoridad permanentemente es víctima de cuestionamientos por su pasado ligado a la dictadura y por formación profesional, relacionada a las AFP.
Cuevas figura en la página del gobierno como “Asesora financiera” con “Estudios de Leyes en la Universidad de Concepción y Diplomada en Gestión de Empresas de la Universidad Austral, y en Gestión de Ventas Previsionales de Universidad Finis Terrae”.
También tiene una amplia trayectoria como Consejera Regional de la XI Región, cargo que ocupó en tres periodos. Asimismo, fue miembro del Directorio del Centro de Investigación y Estudios de la Patagonia y de la Agencia de Desarrollo Productivo de la XI Región.
Los dirigentes del Movimiento Ciudadano por la Región de Aysén este viernes ratificaron que no depondrán las movilizaciones hasta que el gobierno acceda al envío de un ministro empoderado con quien negociar la rebaja en el precio de los combustibles y los demás puntos del petitorio que hicieron llegar al Ejecutivo. “Con Cuevas no hay nada que hablar”, dicen.