Entrando al 12º Round, Romney busca el K.O.
¿Cómo se explica que un candidato que tiene buena pinta, habla bien, tienen buenas credenciales en el tema número 1 para los votantes como lo es la economía, y la campaña más organizada y rica de todo el lado republicano sea incapaz de “prender” definitivamente?.
¿Se acabó? ¿Mitt Romney se lleva la nominación para la casa?
Esa es la pregunta que me han hecho en las últimas horas luego del resultado de Arizona y Michigan, habiendo caído ambos Estados bajo la columna de Romney y su máquina de dinero.
Creo que en ciclos anteriores la respuesta hubiera sido un decisivo sí. Hoy en cambio, no estoy tan seguro.
No me malinterpreten. Desde la primera vez que escribí señalé que Romney era el más probable nominado del partido Republicano para competir y, tal vez, ganarle a Barack Obama.
Pero esa respuesta no contemplaría los dos factores más importantes en ésta, hasta ahora, muy emocionante e impredecible carrera por la nominación del GOP[1].
El primer factor es la presencia de los llamados Súper PAC (political action comittees). En EEUU, cada persona natural se encuentra limitada respecto de la cantidad de dinero que puede dar a una campaña política, llegando hasta un máximo de 2500 dólares por persona. Este hecho ha sido una de las regulaciones más litigadas y discutidas en las Cortes por ser lo que muchos consideran una restricción a la libertad de expresión y una limitación indebida a la propiedad y su libre uso.
Como respuesta los legisladores crearon lo que se conoce como un Súper PAC, que corresponde a una agrupación sin fines de lucro constituida con la finalidad de apoyar la campaña presidencial, senatorial, gubernamental, etc. de un candidato, pero que se encuentra separada de la campaña misma. Los PAC pueden recibir donaciones por montos ilimitados de personas naturales o corporaciones y la única limitación a la que se encuentran sujetos es que no pueden coordinar su accionar con la campaña del candidato.
Independiente de la opinión que se tenga de ellos, la existencia de estos comités independientes ha sido el comodín más importante de ésta carrera. Romney estaba convencido de que su cuenta corriente era lo suficientemente grande y pesada como para aplastar al resto de los republicanos con sus recursos y organización antes de llegar a Florida.
Y si esta elección hubiera sido el 2008 lo habría logrado.
La única razón que puede tener un candidato para dejar su campaña presidencial (dejando de lado el amor propio y saber cuando rendirse) es la falta de dinero. Y eso es lo que suele ocurrir cuando no se gana ninguna primaria o bien se tienen resultados muy por debajo de las expectativas que se tienen de él.
Eso es exactamente lo que le ha pasado a Newt Gingrich (¿se acuerdan de él? Ganó Carolina del Sur y Romney lo despedazó en Florida con un arsenal de comerciales en Televisión atacando su historia personal y política). Pero la diferencia en este año es que Gingrich tiene a Sheldon Adelson, magnate de casinos que le ha dado al PAC de Newt más de 15 millones de dólares (y promete más). Así, mientras que la campaña misma del candidato se encuentra sustancialmente endeudada, Gingrich puede seguir adelante impulsado por la publicidad pagada por su PAC.
Las consecuencias de esto son enormes. Si Gingrich fuera chileno su slogan de campaña sería “de atrás pica el indio”. La prensa lo ha dado por muerto al menos 3 veces en toda esta elección y él se las ha arreglado para resucitar de sus cenizas políticas hasta el tope de las encuestas, llegando a ganar Carolina del Sur. Y él cree que aún le queda energía para una más.
Gingrich ha dejado de ser noticia desde que perdió en Florida hace ya un mes. Sin debates en los cuales lucirse y con poco dinero en la cuenta, apostó todo lo que le queda en ganar este martes en su Georgia natal, que repartirá 76 delegados (es el premio gordo del llamado Súper Martes). Si lo pierde contra Santorum entonces será el fin (definitivo) de la aventura de Gingrich, pues no tendrá como justificar seguir en carrera y ser la razón para que Santorum no compita mano a mano con Romney.
Y hablando de Santorum, eso nos lleva al segundo factor más importante: lo intragable de Mitt Romney.
¿Cómo se explica que un candidato que tiene buena pinta, habla bien, tienen buenas credenciales en el tema número 1 para los votantes como lo es la economía, y la campaña más organizada y rica de todo el lado republicano sea incapaz de “prender” definitivamente?.
En algún momento insinué que Romney se parecía a un político local. Hoy lo hago expreso. Romney es el Piñera norteamericano.
A los gringos no les molesta per se que una persona sea rica (a diferencia de lo que lamentablemente pasa en nuestro país), pero no pueden confiar de una persona que ellos creen no es capaz de entender sus problemas. Y Romney tiene una larga lista de metidas de pata (“no me importan los más pobres”; “Tengo 2 camionetas y mi señora maneja 2 cadillacs”; “yo también estoy desempleado” y un largo etc.) que lo hacen intragable para muchos votantes.
Eso explica en parte que aún después de gastar 38 MILLONES DE DÓLARES, que es más que Paul, Gingrich y Santorum combinados, no sea capaz de imponer su candidatura como la única en condiciones de enfrentarse al poderío de Obama en el otoño.
¿Y Santorum? Lejos de ser un candidato perfecto, es ahora indiscutidamente la única y última alternativa a Romney. No tuvo una buena semana, es cierto. Ha estado la mayor parte del tiempo combatiendo en contra de sus propias metidas de pata (como decir que un discurso de JFK sobre el rol de la fe en el espacio público le parecía “vomitivo”) que lo tuvieron a la defensiva los últimos 10 días. Además, el último debate fue por lejos la peor actuación de Santorum en los 20 que llevamos hasta ahora.
Pero eso mismo hace más sorprendente aún que, con tan solo 7 millones de dólares invertidos, y a pesar de su falta de organización y falta de experticia en manejar su calidad de puntero, sigue siendo el peor dolor de cabeza para Romney. Es cierto, está sangrando y mucho, pero aún falta el 12º round… Bienvenido Súper Martes.
Podemos esperar que Santorum gane al menos un par de estados esta semana. Si es capaz de arrebatarle Georgia a Gingrich, o bien le niega victorias en todos los demás estados en juego, lo sacará de carrera y entonces serán solo él y Romney. Y si a eso le sumamos ganar en Ohio, entonces el gobernador tiene que ponerse a rezar, pues ni toda la plata del mundo le alcanzará para sentirse seguro de ser el nominado.
[1]El Grand Ole’ Party.