Hallan restos en cuartel uruguayo antes del polémico acto sobre la dictadura
Una fuente gubernamental informó a Efe del descubrimiento desde el lugar del hallazgo, el cuartel del Batallón 14 del Ejército, donde el año pasado fueron descubiertos los restos del maestro Julio Castro, desaparecido durante el régimen dictatorial.
Las autoridades uruguayas hallaron hoy restos humanos que pueden pertenecer a desaparecidos de la dictadura (1973-1985) en un cuartel del Ejército en las afueras de Montevideo, a menos de una semana del polémico acto en que el Gobierno reconocerá la responsabilidad del Estado en el caso Gelman.
Una fuente gubernamental informó a Efe del descubrimiento desde el lugar del hallazgo, el cuartel del Batallón 14 del Ejército, donde el año pasado fueron descubiertos los restos del maestro Julio Castro, desaparecido durante el régimen dictatorial.
Las autoridades se desplazaron a primera hora de la tarde hasta allí tras ser advertidas por el equipo de arqueólogos y antropólogos que trabaja en la zona, liderado por el experto José López Mazz.
Los restos fueron hallados “a unos 20 metros” del lugar en que estaban enterrados los de Castro, dijo la fuente.
Poco después, el secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, señaló a través de un breve comunicado colgado en la página web del Gobierno que “aparentemente se trataría de un esqueleto entero, aunque por el momento no se puede dar más detalles como sexo o edad”.
A raíz del hallazgo, del que ya fue informado el presidente del país, José Mujica, se acordonó un perímetro especial y el acceso al lugar está prohibido.
El viernes está previsto que el Gobierno dé más detalles y que abra a la prensa las puertas del cuartel, donde desde hace años se buscan restos de desaparecidos en el marco de la investigación abierta por la desaparición de María Claudia García de Gelman.
Por ese caso, el Gobierno uruguayo realizará el próximo miércoles un acto público para reconocer la responsabilidad del Estado en aquel crimen y cumplir así con una sentencia dictada contra el país el año pasado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El tribunal condenó a Uruguay por la desaparición en 1976 de María Claudia, nuera del poeta argentino Juan Gelman, y por la supresión de identidad de la hija de esta, Macarena Gelman, que le fue arrebatada a su madre al nacer.
La participación de los militares uruguayos en la ceremonia de la próxima semana, interpretada como un acto de perdón pese a que el Gobierno ha subrayado que sólo es una respuesta a la condena, ha sido objeto de debate en las últimas semanas.
La semana pasada, el comandante en jefe del Ejército, el general Pedro Aguerre, indicó que los militares acudirán al acto si son invitados pero rechazó que fueran a pedir perdón.
“Los que piden disculpas son los jefes y mis jefes son el presidente de la República y el ministro de Defensa”, dijo Aguerre.
Esta semana, el titular de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, afirmó que los militares acudirán con “beneplácito” porque “es una orden” y porque “repudian” aquel crimen.
En las últimas horas, el expresidente Jorge Batlle (2000-2005) puso más leña al fuego al afirmar en un programa de televisión que quien tiene que pedir “perdón” por lo sucedido en la dictadura es la guerrilla tupamara, de la que formaron parte Mujica, Fernández Huidobro y otros miembros del Gobierno.
“Acá los que tienen que pedir perdón son los que armaron el lío, qué duda cabe”, afirmó Batlle, del Partido Colorado y perteneciente a una estirpe familiar que accedió a la Presidencia en varias oportunidades en la historia del país.
El pasado 21 de octubre, durante las tareas de búsqueda de María Claudia García fueron hallados los restos del maestro Julio Castro en el cuartel del Batallón 14.
Castro, que también ejerció de periodista, desapareció en 1977 a los 68 años de edad y al parecer fue torturado brutalmente hasta su muerte por los militares.
Un mes después del hallazgo de sus restos, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Bonilla, pidió que se esclareciera quiénes son los militares responsables del asesinato.
Fue la primera vez que un militar uruguayo en activo, en esta ocasión el máximo jerarca militar del país, pedía enjuiciar a sus pares por delitos cometidos durante la dictadura.
