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3 de Abril de 2012

Cinépata y "Joven y Alocada": "tiene las mejores escenas de sexo en una película no-porno"

Nuncio Belardi, de Cinépata, le dedicó esta crítica a la película chilena del momento. "Aunque no es perfecta, está plagada de aciertos que la hacen sobresalir", dice. Aquí parte del texto.

Por Redacción
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Ver una película como esta hace que uno esté incómodo en la butaca del cine. Cruzas las piernas, descruzas las piernas, las vuelves a cruzar, vas cambiando de posición constantemente, miras al que tienes al lado, para ver si está en las misma que tú. Porque esta película calienta. Te calienta. Creo que la última vez que salí así de un cine fue con Pantaleón y las visitadoras. Uff.

Daniela (Alicia Rodríguez) tiene 17 años, cara de niña y cuerpo de mujer (!). Es de esas chicas que pueden volver loco a un hombre (y a una mujer también). Mientras miraba la peli no dejaba de pensar, si alguna vez alguien hace el remake de Lolita en Chile, ya tenemos a la indicada. Como ya saben, Daniela es evangélica, de clase social acomodada y está caliente como aceite de churro. Esa calentura de la adolescencia por la que todos pasamos. Las hormonas nos tienen locos y hasta las plantas nos parecen atractivas; es una calentura que duele, que adolece, que eventualmente se calma, pero que nunca se extingue. Y en el caso de Daniela es peor porque a ella le tienen prohibido estar caliente, lo que la tiene más caliente aún, tanto así que la echan de su colegio. Su mamá, que parece sacada de libro de Stephen King (grandeAline Kuppenheim), la amenaza con mandarla a misionar a la selva del Ecuador. Le dan una última oportunidad y la mandan a trabajar al canal de televisión evangélico, dónde lo conocerá a él (Felipe Pinto), y a ella (María Gracia Omegna). Todo esto mientras mantiene un diario de vida.blogspot que tiene a los extras (ojo con los cameos) más chistosos del cine chileno, que le comentan de vuelta todo lo que escribe, haciendo muy chora la incorporación del blog dentro de la narrativa de la película.

Aunque no es perfecta, Joven y Alocada está plagada de aciertos que la hacen sobresalir. Al igual que su protagonista, esta película también es “bi”, o mejor dicho, apunta para dos lados. Por ejemplo: las partes chistosas son muy chistosas (gracias Lucho Gnecco, gracias Cata Saavedra) y las partes dramáticas los dejarán con el corazón apretado y con ganas de ser mejores personas. No obstante, no es una “dramedy”, tildarla así sería faltarle el respeto. Es difícil de clasificar. Más ejemplos: su madre y su tía (Ingrid Isensee, luciéndose) son casi blanco y negro, good cop, bad cop; sus amores, el y ella, no sólo son opuestos en su sexo, también lo son en personalidad.

Y por último, Daniela, un personaje lleno de dicotomías, llegando a ser completamente desvergonzada y aguerrida, sexualmente hablando y en otros aspectos, un pollito inocente al que dan ganas de abrazar. Alicia Rodríguez se luce como esta niña hornyque no sabe muy bien qué quiere, no sabe muy bien hacía dónde va, pero sí sabe lo que no quiere y hacía donde no quiere ir, y en ese aspecto, la película no despotrica en contra la religión e iglesia evangélica, simplemente la pone en perspectiva, y la enfrenta a las ansias de libertad, y ninguna religión que se valga de códigos tan estrictos como los evangélicos saldrá bien parada frente a una contienda así.

…. Sigue leyendo la crítica en Cinépata

 

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