Obama lleva hoy a la campaña la subida de impuestos a los ricos
La propuesta consiste en subir los impuestos de las rentas superiores al millón de dólares anual hasta el 30 por ciento, una norma que ha adoptado el nombre del multimillonario inversor Warren Buffett, quien ha afirmado públicamente que es injusto que su secretaria contribuya con una tasa impositiva más alta que él.
El presidente de EEUU, Barack Obama, tiene previsto pronunciar hoy un discurso en Boca Ratón (Florida) en el que instará al Congreso a adoptar la llamada “regla Buffett” con la que pretende aumentar los impuestos a los millonarios como forma de reducir el déficit.
Obama vuelve activamente a la campaña para las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre para promover apoyos a su propuesta de subida de impuestos a los ricos, un desafío frontal a los republicanos en este año electoral.
La propuesta consiste en subir los impuestos de las rentas superiores al millón de dólares anual hasta el 30 por ciento, una norma que ha adoptado el nombre del multimillonario inversor Warren Buffett, quien ha afirmado públicamente que es injusto que su secretaria contribuya con una tasa impositiva más alta que él.
Las rentas salariales están gravadas en EE.UU. con un porcentaje superior al que se aplica a las rentas del capital.
La semana próxima el Senado de Estados Unidos, controlado por el partido demócrata, tiene previsto votar una ley que intenta que las grandes fortunas del país no paguen un porcentaje inferior al de la clase media.
Obama quiere iniciar un debate sobre la necesidad de que los ricos tengan obligaciones fiscales similares a las de la clase media, después de que durante el gobierno de George W. Bush se bajaran significativamente sus gravámenes.
“El gobierno intenta que las 400 familias más ricas del país pasen de pagar una media del 18 por ciento al nivel de 1995, cuando pagaban el 29,9 por ciento”, indicó Jason Furman, uno de los asesores de política económica de Obama.
“La medida mejorará la eficiencia económica y evitará las distorsiones, en la que se incurre cuando esas fortunas intentan reestructurar sus fuentes de ingresos para pagar menos impuestos”, indicó Alan Krueger, jefe del equipo económico del presidente.
La medida, que no tiene posibilidades de ser aprobada en la Cámara de Representantes, controlada por la oposición, es un desafío a los republicanos, que se han opuesto diametralmente a que se suban los impuestos a las grandes fortunas.
La propuesta fiscal puede también ser un dardo envenenado para Mitt Romney, el favorito para proclamarse candidato presidencial republicano, y que es criticado por sus ingresos millonarios procedentes de inversiones y que ha reconocido que paga alrededor de un 15 por ciento en impuestos.
El equipo de campaña de Obama intenta demostrar que Romney está lejos de entender las preocupaciones de la clase media estadounidense y el debate sobre una reforma fiscal para las grandes fortunas puede servir para que cale este mensaje antes de las elecciones presidenciales.
No obstante, el aumento de los impuestos a los ricos hasta el 30 por ciento sólo aportaría a las cuentas de Estados Unidos unos ingresos de unos 47.000 millones de dólares en los próximos diez años, por debajo de los 4 ó 5 billones de dólares que debe obtener en esa década para equilibrar las cuentas públicas.