Pese a alto el fuego, miles de sirios desafían en las calles los disparos de la policía
La represión continua pese a que el régimen de Bashar Al Assad aceptó bajar las armas y conceder el derecho a manifestaciones. Cunde las desconfianza frente a la mantención de la paz en un escenario político más que enrarecido.
En la segunda jornada desde que se decretara el alto el fuego, decenas de miles sirios salieron este viernes a manifestarse venciendo el miedo. A pesar de que el derecho a protestar es precisamente uno de los seis puntos del plan de paz que Damasco dice haber aceptado, las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes en varias ciudades, según los rebeldes. Al menos tres personas murieron y a muchas otras se les impidió participar en las protestas, según las mismas fuentes.
Las tres muertes se produjeron en las ciudades de Hama, Idlib y Deraa, indicó el opositor Observatorio sirio para los derechos humanos, mientras que la agencia oficial Sana informó de que uno de los grupos armados rebeldes mató a un militar en la provincia de Hama, en el oeste del país.
Kofi Annan, enviado especial de la ONU, aseguró ayer que la situación parece “relativamente tranquila” y este viernes anunció que Damasco ha aceptado el despliegue en dos fases de una misión de observadores de la ONU para el mantenimiento de la paz.
En el contexto de los pasos a seguir de cara a una eventual solución del conflicto, Annan explicó que ahora urge desplegar una misión de observadores internacionales sobre el terreno y lograr la liberación de los detenidos
La idea es enviar una avanzadilla compuesta por una decena de observadores, a la que seguiría más adelante un contingente formado por unos 250 supervisores internacionales.
En la noche del jueves, Rusia planteó ante Naciones Unidas las primeras discrepancias respecto al texto que debía autorizar el despliegue de la misión y que establece la libertad de movimiento de los enviados por todo el país. Annan pidió también “acceso humanitario” para que pueda entrar ayuda al país, que hasta ahora se distribuye a través de la media luna roja.
Desde Europa, el mandatario galo ha sacado la voz para mostrar sus desconfianza frente a que el régimen sirio cumpla la propuesta de el alto el fuego recibida de Annan. “Yo no creo que Bachar el Asad sea sincero. Yo no creo en este alto el fuego”, dijo Nicolás Sarkozy, quien pidió por televisión que se abran corredores humanitarios para que “la pobre gente que está siendo masacrada pueda escapar del dictador”.
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