Asesino de Noruega pide perdón a familias de fallecidos sin filiación política
Anders Breivik se disculpó por los ocho muertos a raíz del auto bomba que instaló en Oslo, pero rechazó pedir perdón por las 69 víctimas que mató en la isla de Utoya por su vínculo con el partido Laborista.
El ultraderechista Anders Behring Breivik se disculpó hoy ante los familiares de una de las víctimas y los heridos sin filiación política en los atentados del pasado 22 de julio en Noruega, en los que murieron 77 personas.
Breivik se refirió en concreto a un viandante que resultó muerto en el atentado con una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo, en el que fallecieron ocho personas, y a otras que resultaron heridas y sin “relación” con los partidos o con los distintos ministerios, ya que no son “objetivos legítimos”.
“Quiero enviarles una gran disculpa y lamentar lo ocurrido. El objetivo no es atacar a civiles inocentes como eran estos”, dijo hoy en el último día de su declaración en el juicio que contra él se sigue en el tribunal de Oslo.
El fiscal Svein Holden le preguntó luego si quería presentar una disculpa similar al resto de familiares de las víctimas de los atentados, pero Breivik respondió con un escueto “no”, y reiteró que al menos 44 de los 69 muertos en la masacre de la isla de Utøya tenían “puestos de responsabilidad” en las Juventudes Laboristas.
El extremista noruego sabía que entre las cerca de 600 personas que asistían al campamento en Utøya -un “campo de adoctrinamiento”, según él- había voluntarios de la ONG Ayuda Noruega al Refugiado, que considera “parte del lobby por el asilo político que trabaja para que Noruega acoja el mayor número posible de refugiados”.
Breivik reiteró que es consciente del “sufrimiento” que ha causado a los familiares, pero que es “una pequeña barbarie para impedir otra barbarie mayor”, la destrucción de la cultura y del pueblo noruego a manos de los defensores del “multiculturalismo”.
El ultraderechista noruego añadió que él también ha sacrificado “todo”, familia y amigos incluidos, aunque él sí tenía elección.
Breivik, que el viernes pasado explicó detalles de la masacre de Utøya, señaló hoy que sus recuerdos al respecto eran vagos y que para reconstruir los hechos se había ayudado de los informes policiales, aunque continuó explicando algunos aspectos nuevos.
Dijo por ejemplo que había respetado la vida del joven Adrian Pracon, secretario de las Juventudes Laboristas en la región de Telemark, porque le parecía que tenía “mucho aspecto de ser de derechas” y que le recordaba a él mismo, aunque tampoco estaba seguro de si había sido por eso.
Pracon es uno de los supervivientes de la matanza, y tras recuperarse de sus heridas, ha escrito un libro sobre sus recuerdos, que ha recibido gran atención mediática en Noruega.
Breivik, que continuaba declarando ante el tribunal, reveló también que pensó en colocar de antemano un pequeño avión en Utøya para huir después de la matanza, aunque al final desechó la idea.