Larraín insiste con el fuego amigo: "Faltó jugársela por una propuesta más agresiva"
Con una mirada crítica de cara a la Reforma tributaria, el legislador UDI sostiene que "se está perdiendo la oportunidad de hacer un cambio estructural en nuestros impuestos que permita decir que hubo un antes y un después".
Pese a encontrarse literalmente otro lado del mundo, en China concretamente, el senador UDI, Hernán Larraín, se dio este viernes el espacio analizar con detención las medidas incluidas en la Reforma Tributaria anunciada en la noche del jueves por el Primer Mandatario en cadena nacional.
Manteniendo la postura de critica, que ya reveló a través de algunos twitteos de anoche, Larraín reconoce el aporte que implica la iniciativa pero se apura a apuntar que el monto que se pretende recaudar la iniciativa -entre US$700 millones y US$1.000 millones- no es suficiente para realizar una reforma de fondo al sistema educacional, consigna La Segunda.
“Los US$1.000 millones no es suficiente para los cambios que se necesitan, especialmente para efectuar una reforma educacional de la magnitud que Chile requiere hoy”, detalla el senador al vespertino.
A su juicio si queremos hacer un reforma, “debemos hacer un esfuerzo adicional significativo que permita trasmitir un compromiso fuerte y decisivo con la educación. Ello requiere la convicción de hacer ese esfuerzo, no basta con la expresión de voluntad”.
En esta línea apunta que “se está perdiendo la oportunidad de hacer un cambio estructural en nuestros impuestos que permita decir que hubo un antes y un después” y agrega “el país lo apoyaría, porque lo necesita. La enorme brecha social existente se supera principalmente vía educación y ello supone modificaciones de variada índole que requieren costos adicionales. Al ritmo que vamos, incluido los mayores recursos que proveerá esta modificación tributaria que impulsa el gobierno, Chile tendrá que seguir esperando para lograr niveles de igualdad social razonables”.
De cara al alza de un 20% de los impuesto que deberán pagar las empresas, Hernán Larraín es claro en sus cuestionamientos, además de encontrar que la tasa es baja, la fórmula no le parece correcta.
“El aumento parejo a todas las empresas no me parece que constituya el mejor camino, ya que grava por igual a las empresas grandes y a las Pymes. Eso no es lo más justo, ya que no las afecta del mismo modo. Pero además, porque al gravar todas las actividades se puede ver afectado el crecimiento del empleo. Por eso, en mi propuesta, propicié un impuesto con escala progresiva, lo que beneficiaría a los pequeños empresarios que son los principales proveedores de trabajo”.
No obstante, el senador reconoce la utilidad en la rebaja del Impuesto de Timbres y Estampillas (de 0,6% a 0,2%) pues ayudará al emprendimiento y a las Pymes
Un gobierno con mejor puntería
Al ser consultado a continuación por la rebaja de los tributos a las personas, también objeta su conveniencia, pues solo el 17% paga este impuesto. “Propuse, por lo mismo, que se otorgaran beneficios tributarios, como descontar gastos en educación, salud y vivienda, con topes, para focalizar este apoyo hacia la clase media real y no a los sectores de altos ingresos que se verán beneficiados con esta propuesta”, explica.
Larraín con todo aplaude la rebaja del impuesto a los combustibles. “Es necesaria, ya que el actual precio a la bencina golpea fuerte a la clase media que, con esfuerzos, ha adquirido un auto. No hacerlo, al menos en forma temporal, no es explicable. Si se quiere evitar subsidiar a los sectores de altos ingresos, o evitar incentivos a la congestión, se puede hacer vía impuesto anual a la cilindrada o por mecanismos de tarificación vial”.
Sobre la idea de crear un mecanismo de impuesto específico variable en reemplazo del Sipco, el senador afirma que “el Sipco no ha sido muy eficiente y es evidente que el Fisco se beneficia más del alza del precio internacional del petróleo que el costo que le significa por el menor ingreso que le significa aplicar el actual mecanismo estabilizador del precio de los combustibles. Se hace negocio a costa de la gente”.
Siguiendo con el tema de los combustibles, Larraín sostiene que el bono a los taxistas y transportistas escolares por una sola vez no compensa el mayor costo que esta situación les significa. Al menos no se tocó el impuesto al diésel, ya que éste tiene beneficios en el área de transportes.
El legislador no dejó de lado la oportunidad para apuntar lo que él si hubiera incluido en esta importante iniciativa. “Siento que falta jugarse a fondo por una propuesta más agresiva que le dé una señal a la gente de que existe un compromiso irreductible por alcanzar niveles de mayor igualdad social, entendiendo por ello igualdad de acceso, de oportunidades y de trato. Eso es lo que las movilizaciones de distinto tipo que ha habido en el país en el último tiempo reclaman, algo que parece que nuestro mundo político no parece saber leer”.
“Estamos frente a una sociedad distinta, con aspiraciones de clase media que no se satisfacen como antes, con una vivienda o con acceso a una escuela. Hoy se pide una vivienda digna (con superficie no inferior a 50 m2 y agua caliente) y educación de calidad. Para ello se requieren mayores recursos con urgencia y esta propuesta, si bien avanza algo, es todavía una señal muy débil para lo que Chile demanda”, enfatiza el parlamentario.
“Me la voy a jugar para que en el Congreso el gobierno suba la puntería. La educación y la igualdad social bien merecen que se dé la batalla” puntualiza en senador por la región de Maule.