El aterrizaje de Codelco en Ecuador que tiene en pie de guerra a pobladores y ecologistas
La cuprífera nacional pretende internacionalizarse con el proyecto El Palmar, el cual se inserta en bosques que albergan decenas de especies en peligro de extinción, generando la oposición de la comunidad. Según fuentes de Codelco, las perforaciones ya concluyeron y se definirá a mediados de este año si se seguirá trabajando en la zona.
Fue el 13 de enero pasado, cuando en la localidad subtropical de El Paraíso, en el valle de Intag, Provincia de Imbabura, en Ecuador, comenzaron las perforaciones de un proyecto minero que tiene en pie de guerra a la comunidad.
Los trabajos en la zona ubicada a 80 kilómetros al norte de Quito responden al plan internacional que inició Codelco en noviembre de 2008, cuando cerró un acuerdo con la Empresa Nacional de Minería del Ecuador, Enami, que pretende encontrar yacimientos de gran minería, con un potencial productivo superior a 50 mil toneladas anuales y que no estaría solamente enfocado en el cobre. La acción significaría que en los próximos 4 años Codelco podría invertir entre US$ 10 y US$ 30 millones en Ecuador.
Pero tal como ha ocurrido en Chile con iniciativas de exploración minera de gran envergadura como la termoeléctrica Castilla, del brasilero Eike Batista,el proyecto de la cuprera chilena denominado El Palmar o concesión Mandariyacus no ha sido bien recibido por la comunidad ecuatoriana.
Tal como consigna el diario local Intag, El Palmar ha provocado un alto rechazo por parte de los pobladores de la zona, que acusan que no se les ha considerado en consultas respectivas, que no se respetó el Estudio de Impacto Ambiental y que los trabajos ya comenzaron. Así, los vecinos se han organizado en agrupaciones como Defensa y Conservacion Ecologica de Intag, donde apuntan, además, a una creciente militarización de la zona.
Otro de los detractores es el alcalde Alberto Arango quien afirma que el proyecto va en contra del Plan de Desarrollo y de Ordenamiento Territorial de Cotacachi.
Son varios los puntos que tensionan la relación entre la comunidad y la minera chilena. Uno de ellos es que el proyecto se encuentra inserto en bosques que están considerados entre los más biodiversos del mundo, como el Andes Tropical y Magdalena-Chocó.
Según el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, OLCA, parte del área minera se encuentra “cubierta con bosques primarios que albergan decenas de especies en peligro de extinción, incluyendo, entre muchos otros a Osos de Anteojos, Jaguares, y el Mono Araña cabeza café (Ateles fusciceps)”, especie por la cual incluso existe un plan de desarrollo sustentable, denominado Primenet y que es financiado por Darwin Initiative (DEFRA) y coordinado por la Universidad de Sussex (Reino Unido).
Por estas razones, en Chile, el OLCA manifestó su “profunda preocupación y rechazo a las incursiones que Codelco realiza en Intag, Cantón de Cotacachi, Provincia de Imbabura, Ecuador, que han provocado la militarización de la zona y una serie de amenazas al pueblo y los habitantes del territorio”.
El presidente de Olca, Lucio Cuenca, en conversación con El Dínamo, confirmó que la zona en cuestión “lleva como 15 años oponiéndose al ingreso de este tipo de iniciativas por lo que la gente ha generado, además de acciones contra la minería, una estrategia para potenciar las propias actividades productivas y de gestión del territorio, por lo que no hay muchas posibilidades que ellos ingresen en acuerdo a la comunidad. En esta zona hubo intentos anteriormente de Codelco de ingresar el 2007 y la gente los echó. Este es su segundo intento”.
Según Cuenca, el valle de Intag, ubicado en el cantón de Cotacachi, “es una zona de amortiguamiento de un parque nacional que está definido como una zona ecológica. Existen en la zona una serie de denuncias y un movimiento contra la intervención de Codelco”.
Acciones exploratorias
Desde Codelco confirmaron a este medio que las perforaciones que se realizaron en el lugar ya concluyeron, debido a que las acciones de la empresa eran exploratorias y apuntaban a definir si es viable el proyecto.
Señalan que la etapa exploratoria se hizo con la autorización respectiva (no requiere un EIA) y con la venia de la comunidad. Agregan que en la actualidad se trabaja en el levantamiento de un análisis geológico que recolecta la información recogida en terreno, el que debería estar listo a mediados de este año. A partir de este análisis se determinará si hay mineral suficiente para justificar un plan a escala mayor.
Sin embargo, señalan preliminarmente que no se habría encontrado material importante por lo que no se seguiría trabajando en la zona.