Matta reina en una subasta de arte latinoamericano en Nueva York
Una obra del chileno Roberto Matta, "La revolución de los contrarios", que se vendió por 5 millones de dólares, se convirtió en la estrella indiscutible de la subasta de arte latinoamericano celebrada hoy en Nueva York por la casa Christie's, en la que se recaudó un total de 23 millones de dólares.
Una obra del chileno Roberto Matta, “La revolución de los contrarios”, que se vendió por 5 millones de dólares, se convirtió en la estrella indiscutible de la subasta de arte latinoamericano celebrada hoy en Nueva York por la casa Christie’s, en la que se recaudó un total de 23 millones de dólares.
“Las 300 obras de esta subasta, procedentes de 16 países y que abarcan desde el siglo XVII hasta el presente, con ejemplos muy importantes del siglo XX, hablan de la gran diversidad y de lo interesante que son la pintura y escultura latinoamericanas”, dijo a a Efe el director de la venta, Virgilio Garza.
El experto aseguró que el arte latinoamericano “suscita desde hace siete u ocho años un creciente interés en el mercado internacional y se está insertando en colecciones muy globales, gracias a artistas de la generación de Carlos Cruz-Díez o Jesús Rafael Soto, que se conocen cada vez más entre el gran público”.
La obra más cotizada fue “La revuelta de los contrarios”, pintada en 1944 por el chileno Matta (1911-2002), al venderse por 5 millones de dólares.
Ejecutada en París, ciudad a la que emigró Matta, la pintura constituye, según Garza, “un exponente del momento culmen de la carrera del artista, en el que éste representa el cataclismo de un espacio en perpetuo estado de cambio, mediante regueros de pigmentos, líneas onduladas y estallidos de color”.
Hasta 1,4 millones se pagaron por “Grafismo universal sobre fondo gris”, del uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949), quien evocó en esta pintura de 1937 una de sus esculturas, llamada “Monumento cósmico” y consistente en una pared de piedra que se erigió como un manifiesto de sus ideales estéticos.
Este cuadro, que data de la época en la que el artista trabajaba en Montevideo, aúna los motivos modernistas con los jeroglíficos de las culturas americanas primitivas, proyectando así una vibrante composición en la que se reflejan la trascendencia y la unidad, animadas por una rica simbología.
El mismo precio de 1,4 millones alcanzó la obra “La calle”, del colombiano Fernando Botero (1932), artista con una amplia representación en la subasta y uno de los “más exitosos que todavía viven”, según Garza.
Otra de sus obras más valoradas fue “Los Arnolfini (después de Van Eyck)”, que se vendió por 842.500 dólares.
Esta obra, de la que Botero ha hecho múltiples versiones desde 1960, supone un homenaje del cuadro homónimo del pintor flamenco, e incluye detalles de esta pintura universal del siglo XV como la ventana abierta con una manzana en el alféizar o el dosel de la cama, pero sin renunciar al inconfundible estilo del colombiano.
Asimismo, alcanzaron elevados precios su “Arlequín con guitarra” (410.500 dólares), o su escultura “Mujer a caballo” (386.500 dólares).
La obra “Salterio”, del pintor hiperrealista chileno Claudio Bravo (1936-2011) alcanzó un precio de 1,1 millones de dólares.
Forma parte de una serie de cuadros realizados entre 1997 y 2002, cuyos títulos remiten al cristianismo, y protagonizados por telas, con las que Bravo explora la pintura clásica y su recreación primorosa de los tejidos, a través de colores densos y luminosos llenos de sensualidad.
También 1,1 millones de dólares se pagaron por “Navío negreiro”, del brasileño Candido Portinari (1903-1962), que rinde tributo a las raíces africanas de su país natal y, al mismo tiempo, emite una crítica contra el mercado de esclavos y las condiciones en las que éstos viajaban hacia el Nuevo Mundo, lanzando así una mirada al pasado de Brasil y a la diversidad de su presente.
La obra del argentino Emilio Pettoruti (1892-1971) “Concierto”, un bodegón con claras reminiscencias cubistas, se vendió por 794.500 dólares, mientras que “Physichromie 164”, del venezolano Cruz-Díez (1923) superó todas las expectativas al alcanzar los 722.500 dólares.
La obra de Covarrubias (1904-1957) “Bañista sosteniendo su kemban”, en la que el mexicano da rienda suelta a su fascinación por la isla indonesia de Bali, de la que ofrece una visión romántica, tanto de sus habitantes como de su paisaje, presentado como un paraíso terrenal, fue a parar a su nuevo propietario por 590.500 de dólares