Las revelaciones que complican al cónsul en Haití
La presencia de ambos funcionarios en un local considerado como "no recomendable" por las Naciones Unidas se suma a las versiones contradictorias que han surgido en el caso.
La historia de la muerte en Haití del sargento de la Armada, Guillermo Arévalo, se vuelve más compleja. Ahora, el cónsul chileno en la nación caribeña, Diego Rivera, admitió haber estado junto al uniformado en un local nocturno que la ONU califica como “no recomendable” la madrugada en que ocurrieron los hechos.
De acuerdo al relato del diplomático, alrededor de la medianoche invitó al sargento Arévalo junto a otro amigo al bar “Jet Set”. Allí estuvieron hasta cerca de las 02:40 horas de la madrugada del domingo, consigna Emol.
Las Naciones Unidas realizan una calificación de distintos lugares en Haití, la que abarca tres categorías: prohibido, no recomendable y normal. El “Jet Set”, que se encuentra en un área donde prolifera el comercio sexual durante las noches, está considerado como un sitio “no recomendable”.
“Yo los llamé, les dije: ‘Oye, juntémonos’. Nos juntamos con Marcelo, que es mi amigo chileno, y con Guillermo (el sargento que luego sería encontrado con cuatro disparos en su cuerpo). Nos sentamos en una mesa, y me acuerdo que yo invité la primera ronda. Tomé Seven Up . Guillermo también, porque tenía que trabajar al otro día, y Marcelo tomó una cerveza. Estuvimos conversando de la vida; nos reíamos un rato; nos reíamos mucho, como en un club de Tobi”, señaló el cónsul Rivera.
El diplomático y su amigo, cerca de las 03:00 AM, decidieron ir a otro local, el “Barak“, que está en la misma calle, pero tiene una calificación de “prohibido” para la ONU. Sin embargo, el sargento Arévalo no quiso acompañarlos. “Me dijo ‘yo me voy a ir en un ratito más, porque voy a bailar tres temas antes de irme a acostar para dormir relajadito'”, afirma el cónsul.
El funcionario de la Armada habría llamado entonces al sargento primero de Carabineros Jorge Oyarzo, quien es parte del dispositivo de seguridad de la legación chilena en Haití. Siempre en el bar “Jet Set”, ambos uniformados se habrían trenzado en una riña con un proxeneta, situación que terminó con Arévalo mortalmente herido por cuatro disparos al cuerpo.
Aquí es donde difieren las versiones. De acuerdo a la versión del cónsul Rivera, quien sostiene haberse dirigido hasta su residencia cerca de las 04:00 horas, y que tras unos minutos de llegar al lugar, salió a comprar hotdogs, sólo entonces se dió cuenta de que el vehículo del militar estaba estacionado frente al bar Barak, donde asegura que lo encontró ya herido, en el asiento del copiloto, transportándolo al Hospital Lambert Santè, recinto donde finalmente murió.
Pero este relato se contradice con otros testimonios en el caso. Éstos señalan que el diplomático estuvo siempre en el bar; que Arévalo permanecía en el vehículo y que sólo al salir Rivera del local se percató de la situación del malogrado sargento.