Irak refuerza frontera con Siria mientras recibe a quienes huyen de violencia
Los pasos fronterizos de Rabía y Al Qaem han sido abiertos para recibir a los miles de iraquíes y sirios que huyen procedentes de Siria, para quienes se ha aprobado una ayuda de 40 millones de dólares. Se estima en un millón y medio la cifra de desplazados desde el inicio del conflicto.
El Gobierno iraquí ordenó enviar una brigada militar a la frontera con Siria para reforzar la seguridad en la zona, que también está sirviendo como paso a los iraquíes y sirios que huyen de la violencia en el país vecino.
Medios estatales informaron hoy de que el Ejecutivo iraquí ordenó trasladar una brigada militar que se encontraba en la provincia meridional de Diqar hacia la frontera con Siria a la altura de la provincia de Al Anbar (este).
Los refuerzos militares buscan garantizar la seguridad y vigilar la frontera entre Irak y Siria tras los últimos movimientos de los rebeldes sirios.
El pasado jueves, los combatientes del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) se apoderaron del puesto fronterizo de Al Bukamal, situado en los límites de Al Anbar.
Posteriormente, el ELS se hizo con el control del paso fronterizo de Al Yarbia, el único que existe entre Siria y la provincia iraquí de Nínive (norte), aunque el pasado domingo el Ejército sirio lo recuperó.
Al Yarbia, nombre que recibe en el lado sirio (en la parte iraquí se denomina Rabía), fue otro de los puestos en la frontera con Irak cuyo control tomaron los rebeldes, aunque por poco tiempo.
Por otra parte, más de doscientos refugiados formaron parte del primer grupo de sirios que ha cruzado en las últimas horas la frontera entre Siria y la provincia iraquí de Al Anbar a través del paso fronterizo de Al Qaem, informaron a Efe fuentes de seguridad.
La llegada de refugiados se produce después de que ayer el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aprobase la permanencia en Irak de los sirios que huyen de la violencia en su país.
La decisión de Al Maliki contrasta con las anteriores declaraciones del primer ministro, que había manifestado que Irak era incapaz de acoger a los refugiados sirios.
La espiral de violencia en la que se halla sumida Siria hizo que el pasado 17 de julio Bagdad pidiera a sus ciudadanos en ese país que lo abandonasen.
Para controlar este flujo de personas, medios estatales añadieron hoy que las fuerzas de seguridad vigilarán las identidades de todos los iraquíes procedentes de Siria ante el temor de que se infiltren personas perseguidas por la Justicia.
Además, los refugiados que presentaban heridas por los actos de violencia fueron trasladados a hospitales de Al Anbar para recibir atención médica, mientras que otros fueron acogidos en campamentos establecidos por el Ministerio iraquí de Inmigración.
Un portavoz del Gobierno iraquí dijo que los pasos fronterizos de Rabía y Al Qaem han sido abiertos para recibir a los iraquíes y sirios procedentes de Siria, para quienes se ha aprobado una ayuda de 40 millones de dólares.
Un millón y medio de refugiados
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima en un millón y medio el número de desplazados internos en Siria desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.
“Barajamos las cifras de la Media Luna Roja que indican que entre un millón y un millón y medio de personas serían desplazados internos en Siria“, afirmó este martes 24 de julio en rueda de prensa la portavoz del ACNUR, Melissa Fleming.
Consultada sobre el hecho que la semana pasada ella misma afirmó que el número ascendía a un millón, Fleming respondió que esta cifra era un estimación “conservadora”.
“La Media Luna Roja hablaba desde hacía tiempo de una horquilla entre un millón, que sería la cifra conservadora, y un millón y medio. No es que haya aumentado en 500.000 personas en el fin de semana, simplemente se han dado cuenta que el millón estaba ampliamente desfasado y que la cifra real es de alrededor de un millón y medio”.