“Desaires pequeños pueden cobran gran importancia con los donantes ricos”, explicita la nota. Y detalla que cuando Soros quiso reunirse con Obama en Washington para discutir los problemas económicos mundiales, el personal de Obama no respondió. “Se siente herido”, dice un donante demócrata.
“Se orinó sobre él”, dice otra fuente del New Yorker.
Otra fuente -menos dura- reconoce que Soros podría haber contribuido mucho más dinero a Obama si hubiera recibido más atención, pero admite que la actitud de Obama era esperable. “Parte de mí respeta a Obama por no pasar más tiempo con él. Este presidente no quiere pasar mucho tiempo con los donantes. Hay que admirar eso “, dice.