Bachar Al Assad movilizó armas químicas a veinte zonas de Siria
Tampoco se descarta que el régimen utilice gas sarín si el conflicto se prolonga. Se ha afirmado que Siria tendría el tercer mayor arsenal de armas químicas -después Estados Unidos y Rusia-, predominantemente agentes nerviosos, que pueden ser lanzados en proyectiles y cohetes.
Cientos de toneladas de armamento no convencional, fueron dispersadas por varias zona de Siria por el régimen de Bachar Al Assad,; asimismo no se descarta que el Ejército utilice gas sarín si el conflicto se prolonga.
La información, que fue dada a conocer por el diario estadounidense The Washington Post a través del testimonio de personas que vieron los informes, aumentó la ansiedad de varios gobiernos por asegurar el arsenal ante una profundización de la guerra civil.
Los servicios secretos de occidente hallaron que la reserva de armas químicas de Bashar Al Assad ha resultado ser mucho más grande de lo que se pensaba y que además está dispersa debido a que ha sido movilizada hacia al menos a 20 puntos del país, aunque no se descarta que haya zonas desconocidas.
El colapso del régimen en varias provincias sirias permitió a los Estados Unidos y sus aliados un mayor escrutinio de los depósitos. También aceleró los preparativos para asegurar los sitios, dijeron los funcionarios.
A partir de eso, los investigadores creen que el arsenal sirio contiene varios cientos de toneladas de armas químicas y precursores, entre ellos cantidades considerables de gas sarín listo para usar.
De hecho se ha afirmado que Siria tendría el tercer mayor arsenal de armas químicas -después de los Estados Unidos y Rusia-, predominantemente agentes nerviosos, que pueden ser lanzados en proyectiles y cohetes.
Varios funcionarios y ex funcionarios reconocieron al Washington Post que existe una extrema dificultad para llegar a los depósitos mientras perduren los combates entre ejército y rebeldes, y ante la probabilidad de una feroz resistencia de las fuerzas sirias a una incursión extranjera.
Un ex funcionario explicó que, durante décadas, Rusia y Corea del Norte prestaron asistencia a Siria para construir esas instalaciones, que son fortificadas y no detectables desde satélites.
En el escenario más optimista, los equipos de expertos de los Estados Unidos y sus aliados en Medio Oriente podrían ser enviados a ciudades controladas por los rebeldes sirios para asegurar y eliminar los productos químicos, como sucedió en Libia.