Organizaciones sociales piden participación en definición de institucionalidad que medirá la pobreza

En la Plaza Huemul, inmersa en un barrio construido a inicios del siglo XX con el fin de elevar la calidad de vida de la clase obrera de matadero Franklin, las organizaciones de la sociedad civil –Fundación Superación de la Pobreza, Hogar de Cristo, Un Techo para Chile, América Solidaria y Comunidad de Organizaciones Solidarias– dieron a conocer una declaración pública en torno a la nueva institucionalidad anunciada por las autoridades para la medición de la pobreza en Chile.

Rodrigo Jordán, presidente de la Fundación Superación de la Pobreza, quien hizo lectura de la declaración sostuvo que las instituciones reunidas valoran el reciente anuncio hecho por el Ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín respecto a que la próxima medición será realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas. En ese sentido, enfatizó que “es fundamental contar con un organismo de alto nivel técnico, independiente y transparente, con presupuesto propio y autoridades nombradas en base al sistema de alta gerencia pública y ratificada por el Congreso Nacional”.

 

Sobre la nueva institucionalidad, las organizaciones solicitaron al Ejecutivo y Legislativo la participación de la sociedad civil en la discusión del proyecto de ley, y la celeridad del mismo. En este marco, la declaración pública fue entregada a los diputados Carlos Montes, Cristián Monckeberg y Jorge Burgos, además del senador Hernán Larraín, quienes mediante la firma conjunta de este planteamiento simbolizaron su compromiso activo por trabajar por una nueva institucionalidad acorde a los desafíos pendientes.

Al respecto, el diputado Carlos Montes manifestó que “Es urgente una nueva institucionalidad para la medición y que además, haya un Consejo autónomo, independiente y plural para actualizar la canasta y el concepto de pobreza y desigualdad. Hay una necesidad que el Ejecutivo reflexione si es sensato hacer la encuesta en dos días más”.

 

En tanto, el diputado Cristián Monckeberg coincidió con Montes en la necesidad de iniciar una medición más reflexiva,“hacer una medición de la pobreza ahora no es lo más oportuno, se requiere acuerdo sobre cómo debe ser la nueva medición y quién la mide”.

En el documento también se explica que al introducir cambios a la institucionalidad social se contribuye a hacer frente al desafío de comprender cada vez mejor los fenómenos y problemas sociales, además de reparar la confianza de los ciudadanos en la calidad de la información social que se entrega. Asimismo, se enfatiza que “sólo un organismo autónomo estará a la altura de resolver tareas pendientes por muchos años en cuanto a la medición de la pobreza en donde los desafíos centrales apuntan a la actualización y la complementariedad”.

 

El primer desafío apunta a la actualización de la línea de la pobreza. Las instituciones remarcaron “el nivel de bienestar de la población no podemos seguir midiéndolo con patrones de otro Chile”.

En cuanto a la complementariedad, las instituciones afirmaron que se necesita ampliar la mirada tradicional que se ha construido sobre la pobreza, de modo de (re)conocerla más allá de los ingresos.

“Necesitamos saber no sólo cuál es el ingreso de la personas, sino que también cuál es su nivel de integración en la ciudad, el estado de su hábitat y la infraestructura de su vivienda; la calidad de los servicios que recibe en salud y educación; su nivel de participación en el mercado del trabajo y la calidad de su empleo; en qué y de qué forma participan en las decisiones que los atañen, entre otros ámbitos. Solo una nueva generación de políticas, con renovado enfoque y práctica, podrá atender y hacer frente a este desafío”, se sostiene en la declaración.