Colombia: Vicepresidente está dispuesto a renunciar para tratarse cáncer
En una sorpresiva declaración a periodistas que lo esperaban a la salida de su sesión de terapia, la cuarta a la que ha sido sometido, Garzón, que está por cumplir 66 años, expresó: "si a mí me pidiera la renuncia el presidente de la República o el presidente del Senado, yo les agradecería enormemente e inmediatamente la presentaría".
El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo hoy que está dispuesto a renunciar a su cargo para recuperarse del cáncer de próstata que padece, la misma enfermedad por la que el presidente Juan Manuel Santos pasó por el quirófano a comienzos de octubre.
El ex sindicalista Garzón habló de la posibilidad de su dimisión al salir del centro oncológico en el que se somete a un tratamiento de radioterapia en Bogotá, y la ratificó más tarde, con matices, en la sede de la Vicepresidencia.
En una visita posterior, el mandatario colombiano le ofreció a Garzón su respaldo sobre cualquier decisión que adopte respecto a su permanencia en el cargo.
“Cualquier decisión que tome va a tener nuestro total y absoluto respaldo”, señaló Santos a periodistas tras visitar en compañía de su esposa, María Clemencia Rodríguez, al vicepresidente.
Al detallar que Garzón está de “buen semblante, de buen ánimo”, Santos reiteró que “cualquier decisión que él tome, tendrá mi total y absoluto respaldo. Él es la persona que puede y tiene los suficientes elementos de juicio para decidir qué tipo de decisión debe tomar. Por eso respetamos eso. Y cualquier decisión que tome va a contar con mi total y absoluto respaldo”.
Garzón, quien se recupera de un accidente cerebrovascular, reveló el lunes que sus médicos le detectaron un “tumor microscópico canceroso no agresivo a la próstata” y que debía asistir a 39 sesiones de radioterapia en el Hospital San Ignacio, de la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá.
En una sorpresiva declaración a periodistas que lo esperaban a la salida de su sesión de terapia, la cuarta a la que ha sido sometido, Garzón, que está por cumplir 66 años, expresó: “si a mí me pidiera la renuncia el presidente de la República o el presidente del Senado, yo les agradecería enormemente e inmediatamente la presentaría”.
“Dejemos a ver qué dicen los médicos”, agregó Garzón, quien aprovechó el momento para recordar que a los pocos días de asumir el cargo, en agosto de 2010, presentó una crisis cardiaca por la que fue operado a corazón abierto y que el pasado junio sufrió una isquemia cerebral que lo mantuvo en coma varios días.
Un historial médico que cuestionó a inicios de octubre su capacidad física y mental para reemplazar, en caso de necesidad, al presidente Santos, quien por entonces reveló que le había sido diagnosticado un cáncer de próstata del que se operó de inmediato.
Santos, de 61 años, fue intervenido con éxito el 3 de octubre en la Fundación Santa Fe de Bogotá (FSFB), de la que salió tres días más tarde convencido de que estaba “totalmente curado”.
Así se disipó el temor, a pesar de la negativa de Garzón de someterse a un examen médico, en respuesta a una solicitud del presidente del Congreso, el oficialista Roy Barreras.
Sin embargo, el anuncio de su nueva enfermedad reavivó la preocupación en el Legislativo.
La decisión de Garzón “debe ser la más sana, la más responsable con su familia, con él mismo y con las instituciones”, insistió Barreras en declaraciones a La W Radio, al advertir de que la renuncia “no se pide, se ofrece, se entrega”.
En un encuentro posterior con la prensa en la sede de la Vicepresidencia, Garzón matizó: “Requiero pensarlo muy bien, esto requiere tiempo, requiere paciencia, tranquilidad espiritual”, apuntó.
“No es una decisión fácil, tengo que pensar todas las consecuencias institucionales que esto puede traer”, continuó, tras indicar que aceptó ser candidato a la Vicepresidencia para que Santos llegara al poder, pero que en ningún momento pensó en la posibilidad de reemplazarlo.
De paso, reconoció que necesita dedicarle más tiempo a su recuperación y a la de su esposa, Monserrat Muñoz, operada recientemente de un tumor canceroso en un riñón.
En medio de la polémica sobre la salud de Garzón, el Gobierno ha sido cauteloso y tan sólo hoy el ministro del Interior, Fernando Carrillo, habló del asunto en el Senado.
“No creo que sea una crisis, hay un mecanismo constitucional que funciona”, expresó Carrillo al aludir a la norma de la Carta Magna que establece la competencia del Congreso para designar al sucesor del vicepresidente en el caso de su falta absoluta.
Por faltas absolutas la Constitución se refiere a la muerte, la renuncia aceptada o la incapacidad física permanente reconocida por el Legislativo, que elegiría al sustituto de una terna presentada por el jefe del Estado.
Todavía no se ha dado ninguno de estos escenarios pero el oficialista Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U), al que pertenece Santos, reclama que, ante una eventual salida de Garzón, su reemplazo debe pertenecer a esta formación, creada para promover la reelección en 2006 de Álvaro Uribe (2002-2010), distanciado ya de Santos.
El vicepresidente Garzón, antiguo sindicalista de izquierda, además de exministro, exdiplomático y exgobernador, no es militante del Partido de la U.