Preocupados por el Huracán “Sandy”: Obama y Romney bajan los fuegos de la campaña
A poco más de una semana de los comicios el actual mandatario demócrata y su contendor republicano vuelcan sus ojos a la que se ha bautizado como la "Frankestorm" y que afectaría a unos 50 millones de personas en la costa oeste del país.
A una semana de las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el próximo 6 de noviembre, los candidatos Barack Obama y Mitt Romney han debido dejar de lado sus giras por los llamados estados bisagra, con miras a convencer a los votantes indecisos para prestar atención al Huracán Sandy, también bautizado como “Frankestorm”, que ya paraliza a la costa oeste de EE.UU.
De un lado, el Presidente y candidato demócrata, aterrizó en la mañana de este lunes en la base área de Andrews, a las afueras de Washington, de regreso de Florida donde canceló un acto electoral.
En esta ocasión y debido a las abundantes lluvias en Washington, Obama no se desplazará a la Casa Blanca en helicóptero y lo hará por carretera.
“El presidente volverá a la Casa Blanca para supervisar las preparaciones para una temprana respuesta al huracán Sandy”, explicó esta madrugada el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, al tiempo que confirmó que el mandatario dará hoy una rueda de prensa a las 16.45 GMT para informar sobre la evolución de Sandy
Obama canceló además su evento electoral de mañana martes en Green Bay, Wisconsin.
A su turno, el republicano, Mitt Romney, se vio obligado a cancelar los actos que desarrollaría en los estados de Virginia, Ohio y Iowa, tres de los estados claves que definirán el próximo 6 de noviembre quién será el próximo inquilino del Despacho Oval.
“El gobernador Romney estima que es el momento de que los líderes del país se junten para ayudar a los estadounidenses que están en riesgo”, anunció Gail Gitcho, portavoz de Mitt Romney, en un comunicado este lunes.
La tormenta, que según los pronósticos azotará con más fuerza la costa este el lunes y martes, afectando a unos 50 millones de personas, ha sido la “sorpresa de octubre” de este 2012, casi una tradición en cada año electoral en Estados Unidos consistente en un último acontecimiento a apenas unos días de la fecha electoral con influencia potencial en los resultados.
