The Economist califica de “económicamente dudosos” proyectos bolivianos en el río Silala
La publicación británica apunta a la escasa viabilidad de los planes que el gobierno de Evo Morales anunció para el curso de agua, en el capítulo más reciente de esta larga disputa entre Chile y Bolivia.
“Aunque es poco más que una zanja en algunos lugares, la corriente del Silala es causa de una renovada tensión en la ya irritable relación entre ambos países”. Así comienza la revista británica “The Economist” su artículo referido al conflicto entre Chile y Bolivia por el curso de agua altiplánico.
“Gran parte de las aguas del Silala se consume en Chile, en los pueblos de la región árida del desierto de Atacama, y se utiliza en la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata“, continúa la publicación. “Chile insiste en que el Silala es un río internacional y que tiene el derecho legal de usar el agua. Bolivia ha sostenido durante mucho tiempo que sin los conductos de piedra que ayudan a canalizar el Silala a la frontera, el agua se quedaría en territorio boliviano. En el último episodio de esta prolongada saga, Evo Morales, presidente de Bolivia, amenazó con reducir la oferta (de aguas) del Silala a Chile. Extrañamente, su plan gira en torno a la piscicultura”.
“Incitado por el gobierno central, los políticos locales aliados al Movimiento Al Socialismo de Morales han decidido hacer uso del agua. El mes pasado, el gobernador de la región de Potosí, Félix Gonzales, supervisó una ceremonia de colocación de la primera piedra en la construcción de una piscifactoría alimentada desde el Silala. El riego de tierras para la agricultura y la construcción de una represa hidroeléctrica también han sido objeto de debates”, agrega The Economist.
“Todos estos proyectos son económicamente dudosos. Sólo pequeñas cantidades de electricidad podrían producirse, y no hay nadie a quien vendérsela. La población más cercana vive en el pueblo de Quetena Chico, que queda a una distancia considerable (ver mapa abajo). Dicen que la tierra es demasiado inhóspita para la agricultura. Por otra parte, la evidencia geológica e histórica respalda la alegación de Chile de que el agua de los manantiales siempre ha fluido a través de la frontera. Brendan Mulligan, un experto en agua canadiense, dice que el Silala claramente viaja a lo largo de un curso de agua antiguo: “Los canales sólo hacen que el flujo sea más eficiente”. Un informe del mismo servicio geológico estatal de Bolivia, Sergeotecmin, en 2003, coincidió en que el agua sigue un curso natural de drenaje”.