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22 de Noviembre de 2012

La vida en Israel vuelve a la normalidad entre críticas por el alto al fuego

El premier Benjamin Netanyahu reconoció el descontento en parte de la población por el alto el fuego, pero subrayó que "lo correcto para el Estado de Israel en este momento".

Por EFE
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Los 57.000 reservistas israelíes movilizados para entrar en Gaza durante la operación Pilar Defensivo comienzan a regresar este jueves a sus hogares, mientras la vida en las localidades de Israel objetivo de los cohetes de Hamás retoma la normalidad entre críticas al alto el fuego, vigente desde ayer.

En las redes sociales se ha difundido extensamente una fotografía que muestra a 16 soldados israelíes de uniforme tumbados en el suelo formando en hebreo la frase “Bibi perdedor”, en referencia al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

“No creo que el Gobierno haya actuado bien”, señaló al canal 10 de la televisión un soldado identificado como Kobi, mientras que su compañero de armas Yotan lamentaba no haber participado en una invasión de Gaza para la que “la gente estaba preparada”.

Un reservista de una localidad blanco frecuente de los proyectiles palestinos hablaba al canal 2 de la “vergüenza” que le produce una salida diplomática sin “diferencia respecto a Plomo Fundido”, la ofensiva israelí en Gaza de hace cuatro años que segó la vida de unos 1.400 palestinos sin devolver la calma a la zona más que por un relativamente breve espacio de tiempo.

El pasado día 16, cuando la invasión parecía inminente, Israel aprobó la movilización de 75.000 reservistas, la mayor en décadas.

La medida se fue aplicando escalonadamente hasta alcanzar la cifra de 57.000 en el momento en que se acordó la tregua.

La decepción no reina sólo entre algunos soldados. Muchos alcaldes y habitantes de la región más próxima a Gaza -y por tanto más castigada por los cohetes palestinos- lamentan que la ofensiva haya concluido sin desterrar de una vez por todas el riesgo de nuevos ataques.

Según los corresponsales televisivos en la zona, la mayoría de ciudadanos de esa zona están en contra del acuerdo de alto el fuego, que se ha respetado -salvo el caso aislado de tres cohetes- desde su entrada en vigor, a última hora de la tarde de ayer.

Sin embargo, en el resto del país -incluidas las grandes urbes como Tel Aviv, Jerusalén y Haifa– generalmente exento de los ataques de las milicias de Gaza, se respira una mayor sensación de alivio por el fin de las hostilidades.

Una encuesta relámpago difundida ayer por el canal 2 arrojaba un 70 por ciento de oposición a parar ya los bombardeos israelíes.

La respuesta de Netanyahu 

Al igual que ayer, Netanyahu reconoció hoy el descontento en parte de la población por el cese de una operación que apoyaba un 84 por ciento del país y en la que murieron 164 palestinos, más de la mitad civiles, y seis israelíes, cuatro de ellos civiles.

“Sé que hay ciudadanos que esperaban una respuesta aún más dura. También estamos preparados para ella. Tal y como hicimos durante esta operación, decidiremos cuándo, cómo y contra quién actuar”, dijo Netanyahu en la sede central de la Policía Nacional en Jerusalén.

Netanyahu señaló que el alto el fuego es “lo correcto para el Estado de Israel en este momento”, pero matizó que su Gobierno está preparado “para la posibilidad de que no sea respetado” y sabrá “cómo actuar si resulta necesario”.

Uno de los críticos ha sido el regidor de la localidad de Sderot, David Buskila, que habría preferido “un acuerdo que indicase la clara supremacía de Israel y con la disuasión restaurada a sus niveles anteriores”.

“No es el fin por el que habíamos rezado”, reconoció por su parte el alcalde de Ashdod, Yehiel Lasri, que se consuela con pensar que la decisión israelí de detener los ataques haya generado por lo menos suficiente apoyo internacional para la “dura respuesta” por llegar cuando “se reanuden los ataques” desde Gaza.

“No hay duda de que había expectativas de algo más grande”, admitía en la misma línea su homólogo de Bersheva, Rubik Danilovich, quien cree que el tiempo dirá si la operación ha sido un éxito o no.

En el plató del canal 2, Benny Beguin, uno de los nueve principales ministros que fueron decidiendo el rumbo de la operación e hijo del ex primer ministro Menajem Beguin, defendió el alto el fuego al considerar que la operación cumplió sus objetivos y auguró que “Hamás no tendrá una especial voluntad de lanzar cohetes contra nosotros”, tras haber probado la reacción israelí.

Mientras, en el radio de 40 kilómetros en torno a Gaza donde se habían suspendido las clases, la vida vuelve poco a poco a la normalidad, si bien aún no se han reanudado la actividad escolar, a la espera de que se esclarezca plenamente la fiabilidad del alto el fuego.

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