Duró poco el “borronazo”: Dicom ya tiene 2 millones de deudores
A 9 meses de la ley que borró los registros, más de 800 mil personas volvieron al registro de morosos. ¿La principal razón? No regularizar su situación. ¿Principales perjudicados? "Los buenos pagadores", dice la banca.
El 18 de febrero de este año entró en vigencia el llamado “borronazo”, que excluyó de la base de datos de deudores morosos de Dicom a más de 3 millones de deudores, cuyos montos impagos, en forma individual, eran menores a $2,5 millones de pesos. Con ello, el registro quedó reducido a 1.125.000 personas.
Sin embargo, al 20 de noviembre de este año, un total de 1.956.000 RUT figuraban en los registros de Dicom, lo que significa que 830 mil personas han vuelto a ingresar a la base de datos luego de la entrada en vigencia de la Ley 20.575, consignan fuentes del mundo financiero citadas por La Tercera.
Y es que si bien la nueva ley volvió a fojas cero los registros, también establecía que de no regularizarse la situación de los morosos, éstos volverían a Dicom.
Es así como al 3 de julio pasado, 500 mil personas habían vuelto al sistema. Situación parecida a lo que se vivió el año 2001, cuando el gobierno de Ricardo Lagos Escobar también “limpió” los datos de los deudores. Un ex regulador entrevistado por La Tercera señaló que, en ese entonces, a un año del “borronazo”, un 40% de las personas había vuelto a Dicom. Ahora, “en nueve meses ya ha retornado el 33,3%. Estamos en una curva bien parecida a la de la vez anterior”, aseguró.
De acuerdo a datos de la banca, el 75% de los favorecidos en 2001 finalmente volvió a aparecer en el sistema. La principal razón es que la gente no regulariza su situación.
Este resultado era “esperable”, afirma el ex Superintendente de Bancos, Guillermo Ramírez. Agrega que es probable que los resultados de la actual medida sean parecidos a la experiencia anterior. Califica este tipo de normas como “perdonazos estadísticos“, ya que no cambian hábitos, ni influyen en la capacidad de pago de la gente con problemas.
“Tiene el grave inconveniente de que echa a perder las bases de datos para el credit scoring, lo que termina perjudicando a las personas más cumplidoras y responsables“.