[Fotos] Retratos Músicos Chilenos: El libro compilatorio de la escena nacional ya tiene su versión en papel
"Este libro no es una antología si no una compilación de mi archivo (preexistente) de 26 años de fotografías de músicos", explica el fotógrafo Gonzalo Donoso sobre el nuevo trabajo de Pehuén Editores.
Fueron 8 meses los que pasaron luego de que Retratos Músicos Chilenos, el libro digital de fotografías de Gonzalo Donoso, tuviera una edición en papel que le hiciera el peso a tal colección de imágenes.
El libro fue lanzado en su versión digital a principios del año pasado (lo puedes hojear acá), teniendo una muy buena acogida, pues el trabajo reúne una amplia colección de imágenes de músicos nacionales, que van desde los Pinochet Boys, Los Tres, Criminal, Cuturrufo, Pánico o Las Venus hasta Mario Guerrero y Sergio Lagos.
Asimismo, aparecen músicos que desarrollaron su carrera musical acá, como Adrián de los Dados Negros y Gonzalo Yáñez
Todas estas imágenes fueron realizadas entre 1986 y el año 2012, tanto de manera independiente como pedidos de sellos discográficos o revistas de música, convirtiéndolo en un verdadero catálogo y registro de la música local, ya que en muchos casos, como con Los Prisioneros o Lucybell, las imágenes logran demostrar el cambio de imagen y y la sucesión de integrantes que han tenido algunos referentes de la escena musical del país.
Así, con imágenes de estudio, en locaciones, íntimas o documentales, el texto ayuda a contribuir al rescate de la memoria cultural de Chile.
Según su autor, Gonzalo Donoso, la versión en papel de Retratos Músicos Chilenos, de Pehuén Editores, “tiene diez figuras nuevas tomadas el 2012, tiene más fotos respecto a la digital, y un nuevo diseño. Aunque la estructura global y cronológica se mantiene”.
En conversación con El Dínamo, el fotógrafo de 47 años que reside en Santiago, explica que el lanzamiento en papel era “la idea inicial” del proyecto ya que “en papel te puedes detener más tiempo ante una foto. El papel tiene olor y peso. Puedes hojear, volver atrás y adelante con más facilidad. El formato libro es único”.
“Creo que un proyecto impreso en papel puede tener mas trascendencia que publicado en la web. No solo es un tema de difusión masiva, si no de donde lo puedes ubicar. Creo que finalmente no compiten, al contrario, se complementan”, añade.
¿Cómo haces las fotografías de los grupos en las locaciones o estudios? Es más difícil que hacerle fotos cuando se desenvuelven en el escenario?
-Me interesa el retrato porque ahí puedo tener una cercanía personal que no tenemos en un espectáculo en vivo. La mirada y lo que esta revela y oculta, la elección del lugar conjugado con el estilo de una banda o personaje crean algo nuevo. Escoger las luces, dirigir y proponer. Esto implica descubrir en cada disparo la personalidad de una persona real que no necesariamente es equivalente a la de una performance sobre un escenario.
¿Existe entonces una construcción conjunta con el grupo?
-Siempre llegamos a un acuerdo respecto de lo que se quiere. Habitualmente ellos tienen claras las propuestas de vestuario. La manera de iluminar y las locaciones, normalmente las elijo yo, después de una reunión en conjunto.
¿Cuán importante es la imagen en la música?
-La imagen es importante en casi todos los ámbitos. Va mas allá de la música. Desde una fiesta familiar hasta cuando te juntas con tu novia. También en tu pega. La imagen o el look no es un atributo del rock o del pop; es algo que puede pensar y decidir cotidianamente cualquier ciudadano. Y si no lo haces, también te puede estar entregando un signo de tu momento y de tu estilo. Finalmente, que los músicos tengan fotos y videos de ellos, los hace permanecer de otra manera en la memoria colectiva, así como es una forma de promocionar su música.
En el libro hay fotos de grupos punkys hasta de pop televisivo. ¿Cuál es el valor o defecto que le agrega al libro esta gran amplitud?
-Francamente no creo que haya defecto en la diversidad. Porque este es un libro de fotografías antes que nada. Creo que la riqueza del libro radica no solo en el número de bandas si no en su diversidad. No discriminaría a alguien porque haga balada o fusión. Si me preocupa la calidad de la foto, y que transmita acerca de lo que ellos quieren proyectar. Este libro no es una antología si no una compilación de mi archivo (preexistente) de 26 años de fotografías de músicos.
¿Cómo formaste tu gran colección de imágenes de músicos?
-He trabajado en fotografía editorial y publicitaria además de fotografiar músicos. En los inicios el registro se basaba en mi entorno cercano, en mis amigos que hacían de la música su quehacer principal. Luego trabajando para sellos discográficos y revistas se fue ampliando el archivo. Actualmente muchos músicos me llaman de manera independiente para tener fotos para sus carátulas y también promocionales.
¿En qué otros proyectos estás trabajando hoy?
– Hoy me dedico a ganarme la vida, como todos. A difundir el libro, y abrir horizontes dentro de un mercado complicado y cambiante como es el de la fotografía. Los nuevos proyectos tienen que ver con lo que vaya ocurriendo en la vida. Me interesa seguir fotografiando gente de distintos mundos. Desde fotografiar la intimidad, incluso la mía, hasta documentar las ciudades y su estructura. No solo la gente que hace arte, si no personas que te pueda sorprender a través de su mirada y de su quehacer. La acción de publicar sin duda es importante para un fotógrafo.