Comisión Europea analiza sacar del mercado las monedas de 1 y 2 centavos de euro
El organismo pidió que se analice el uso que se le da a estas monedas y el costo de producción de éstas, que es mayor al valor real de las piezas. Para ello dio una serie de posibilidades para su futuro, donde su desaparición aparece como la opción más concreta.
La Comisión Europea (CE) abrió la puerta a la desaparición de las monedas de 1 y 2 céntimos de euro, según expuso en un documento con el que busca abrir un debate sobre el futuro de estas piezas.
El Ejecutivo comunitario ha presentado una comunicación a petición del Parlamento Europeo (PE) y los Estados miembros en el que analiza el uso que se da a estas monedas y los costes que asumen los países para producirlas, mayor al valor real de estas piezas.
“La CE ha consultado a asociaciones empresariales y de consumidores, tesorerías, casas de moneda y bancos centrales sobre los pros y contras de continuar la emisión de monedas de uno y dos céntimos”, dijo el vicepresidente de esta institución y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en un comunicado.
El documento plantea cuatro posibles escenarios para el futuro de estas piezas, de modo que el primero de ellos establece que se mantenga su emisión en las mismas condiciones que ahora.
El segundo propone que esas monedas sigan en circulación, pero disminuyendo los costes de producirlas, ya sea cambiando el material del que están fabricadas, incrementando la eficiencia en el proceso de su producción, o combinando ambas medidas.
La Comisión sugiere la retirada rápida de estas piezas como tercera opción, con la paralización de la fabricación de las mismas y poniendo en marcha su retirada a través de los bancos y los minoristas en un plazo predeterminado.
A la vez, entrarían en vigor “normas de obligado cumplimiento para el redondeo desde el primer día en que comenzase el periodo de retirada, tras el que las monedas dejarían de ser monedas de curso legal.
Finalmente, la Comisión plantea una cuarta vía que tendría el efecto de una retirada, pero “de otra manera”, al apostar por que éstas fueran desapareciendo de la circulación de manera gradual “debido a su alta tasa de pérdida y su falta de atractivo como un modo conveniente de pago”.
Para ello, se dejaría de emitir estas monedas y se aplicarían también normas obligatorias de redondeo, aunque las piezas podrían seguir siendo usadas “solo para el pago de la suma final redondeada”, explicó la CE.