Ya son cuatro los detenidos por el asesinato de militar en Londres
La Policía británica anunció hoy la detención de otras dos personas, un hombre y una mujer de 29 años. Lee Rigby, de 25 años, fue asesinado a machetazos en el barrio de Woolwich (sur de Londres) .
Un día después del asesinato de un militar en Londres, la Policía británica anunció hoy la detención de otras dos personas, un hombre y una mujer de 29 años, lo que eleva a cuatro los arrestados por su presunta relación con los hechos.
Los agresores, dos supuestos islamistas radicales, de 22 y 28 años, fueron detenidos después del ataque por agentes de la policía.
Los dos, al parecer británicos de origen nigeriano, fueron heridos por disparos de la Policía y capturados poco después de matar a machetazos en el barrio de Woolwich (sur de Londres) al militar Lee Rigby, de 25 años.
Al arresto de los agresores, que están hospitalizados en condición estable sin que su vida corra peligro, se sumó hoy la detención de un hombre y una mujer por el Comando Antiterrorista de la Policía Metropolitana, informó Scotland Yard.
Estas dos personas, ambas de 29 años y cuya identidad no se ha facilitado, están siendo interrogadas en una comisaría al sur de la capital británica como sospechosas de conspirar para cometer un asesinato.
El militar Lee Rigby -natural de Manchester (norte de Inglaterra), padre de un niño de 2 años, perteneciente al Segundo Batallón del Regimiento Real de Carabineros y que había servido en Afganistán- fue asesinado ayer a plena luz del día y en mitad de la calle.
Los dos agresores justificaron el ataque en nombre del Islám y, tras matar al soldado, hablaron con algunos viandantes y relataron lo que acababan de hacer.
En un vídeo grabado por un transeúnte y emitido por el canal ITV, puede verse a uno de los sospechosos hablando sin ocultarse de la cámara y mostrando en sus manos ensangrentadas un machete y un cuchillo.
“La única razón por la que hemos hecho esto es porque hay musulmanes muriendo cada día” y “este soldado británico es ojo por ojo y diente por diente”, grita el hombre, de raza negra y acento británico.
Según el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, los presuntos asesinos eran conocidos por los servicios de seguridad, que les tenían fichados, aunque no consideraban que fueran a perpetrar un atentado.
Las autoridades han confirmado el registro de dos domicilios en relación con el suceso: uno en el condado de Lincoln (centro de Inglaterra) y otro en un bloque de viviendas de protección oficial en el barrio londinense de Greenwich, cercano al lugar de los hechos.
Medios británicos han identificado a uno de los agresores como Michael Adebolajo, de 28 años y criado como cristiano, que se convirtió al islam y se radicalizó hace unos diez años.
Los servicios de seguridad británicos examinan los supuestos vínculos del hombre con el grupo musulmán extremista Al Muhajiroun, prohibido tras los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, y el hecho de que cambiara su nombre a “Mujaahid”, que significa “el que se involucra con la Yihad”.
Ante lo ocurrido y para evitar un brote de violencia, Cameron hizo hoy una declaración en la que subrayó que el crimen, perpetrado según los atacantes en nombre de Alá, es “una traición al Islám”.
Instó a la calma y a mantener la cohesión social, pues “la mejor manera de combatir el terrorismo es mantener la normalidad”.
Cameron hizo hincapié en que el ataque fue “sola y puramente” responsabilidad de los autores, en un intento de proteger a la comunidad musulmana de posibles represalias.
No obstante, ya se han registrado ataques a dos mezquitas en Inglaterra y una manifestación del grupo de extrema derecha English Defense League (EDL) en contra de los musulmanes.
Todas las organizaciones musulmanas han condenado el ataque, que el Consejo Musulmán del Reino Unido calificó de “acto bárbaro, sin ninguna base con el Islam”.
También el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó “en los términos más enérgicos” el “atroz” asesinato del soldado, y dijo que su país se mantiene unido al Reino Unido “contra el extremismo violento y el terror”.
Hoy unos 1.200 agentes de policía adicionales patrullan las calles de Londres y, aunque el Reino Unido no ha elevado su nivel de alerta terrorista, sí ha aumentado la seguridad en los cuarteles militares.