Director de 'La vida de Adèle', ganadora en Cannes: "Cualquier revolución no es completa si no es sexual"

Con gran alegría recibió Abdellatif Kechiche, el primer premio del festival de Cannes en su versión 66, por su película ‘La vida de Aèle’, que muestra muestra el descubrimiento del amor  y el deseo de una adolescente  por otra muchacha en los años 90.

Curiosamente, la película gana la Palma de Oro en Cannes en el momento en que en Francia es aprobado el matrimonio homosexual en medio de las protestas de los sectores conservadores de ese país.

En este caso, como en tantos otros, la provocación pavimentó un camino que terminó en el reconocimiento al trabajo artístico  puesto al servicio de la historia. La crítica ha destacado su capacidad para mostrar el sexo alejándose del morbo y de la pornografía para convertirse en los encuentros de dos mujeres enamoradas que sencillamente comparten sus deseos.

De acuerdo con la información publicada por El País,  Kechiche se incomoda un poco al hablar de  cómo logró esas escenas de sexo lésbico de las protagonistas “No es algo que habláramos mucho. Empezamos a buscar la imagen adecuada, trabajamos como un fotógrafo buscando la foto en los primeros planos. No me gusta que la cámara esté demasiado cerca”.

Su protagonista, Adèle Exarchopoulos, tuvo menos problemas en entregar los detalles : “además de en la prótesis de silicona que separaban los  cuerpos, confié en Abel y olvidé hasta el número de tomas o dónde estaba la cámara. Nos rodaba cuando no nos dábamos cuenta, o al revés, actuábamos y él apagaba la cámara”.

“El sexo se rodó como quisimos, y así emergió la idea de belleza”. “La sensualidad es muy difícil de capturar en un filme, sobre todo en las secuencias generales. Esa sensualidad es más sencilla en las partes de sexo, porque tienes en los cuerpos esculturas vivas”, dice también Kechiche.

“Mi filme está diseñado para expresar algo artísticamente. Creo en el cine como una pieza de arte. Claro que hay que pensar en la parte financiera. Yo creo que hay en todo el mundo una gran tradición de respetar al autor”, asegura cuando le preguntan si la cinta aprobará la censura de otros países.

En el escenario dedicó el premio a los “espíritus libres”. Más tarde, Kechiche, con sus dos actrices llorosas al lado, señaló que : “Es gratificante recibir un reconocimiento así tras un trabajo del que todo el mundo involucrado se siente orgulloso”. El cineasta insistió en la importancia de “aceptarse como eres”. “Cualquier revolución no es completa si no es sexual. Espero que esto llegue a la revolución tunecina, y que la película además se expanda por todo el mundo”.