Macri y Cristina Fernández ahora se enfrentan por estatua de Colón
El gobierno argentino plantea trasladar el monumento a Mar del Plata, pero el opositor Mauricio Macri, defiende que es patrimonio histórico de la capital argentina.
El traslado de la estatua de Cristóbal Colón en Buenos Aires hasta su nueva ubicación en la ciudad de Mar de Plata enfrentó hoy a funcionarios del Gobierno nacional y del de la capital, que intentaron impedir los trabajos para desmontarla.
El Gobierno de la ciudad, encabezado por el opositor Mauricio Macri, defiende que el monumento es patrimonio histórico de la capital argentina, mientras que el Ejecutivo de Cristina Fernández quiere sustituirla por el de la guerrillera de la Independencia Juana Azurduy.
La estatua de Azurduy, nacida en Sucre (Bolivia), que reemplazaría a Colón, está financiada con un millón de dólares donados por el Gobierno de Evo Morales.
La Cámara legislativa de Buenos Aires aprobó este jueves un proyecto en el que se señala que “para sacar o poner un monumento en el espacio público de la Ciudad es necesaria una ley de la Legislatura que lo apruebe”.
El texto declara como “bien integrante del patrimonio histórico y cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en los términos de la ley 1227 en la Categoría Monumentos, al monumento a Cristóbal Colón emplazado actualmente en la Plaza que lleva el mismo nombre”.
La polémica por la estatua del almirante, que pesa 623 toneladas y es obra del escultor italiano Arnaldo Zocchi, comenzó el pasado marzo cuando el Gobierno argentino anunció que sería traslada a Mar del Plata.
La decisión puso en pie de guerra a la comunidad italiana en el país, que consideran el monumento una seña de identidad, ya que fue financiado por la propia colectividad y el Gobierno de Italia, con motivo del centenario de la Revolución de mayo de 1810, germen de la futura independencia argentina.
Representantes de esas colectividades y miembros de ONGs se manifestaron entonces junto a la estatua y reclamaron al Gobierno de Fernández que se retractara.
La embajada italiana hizo llegar igualmente una carta a la presidenta argentina, y anunció que se pedirían medidas cautelares para evitar el traslado.
De momento, la estatua, rodeada de andamios, cables y grúas, permanece custodiada por miembros de la Policía Federal.