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4 de Junio de 2013

Dos muertos dejó la cuarta jornada de protestas en contra del Gobierno turco

El mayor sindicato de los trabajadores públicos, KESK, ha convocado una huelga que arrancará hoy martes al mediodía. Se prevé que las concentraciones ciudadanas seguirán no sólo en Estambul y Ankara, sino también en Izmir, Adana y otras ciudades del país.

Por EFE
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Un hombre de 22 años cuya identidad responde a Abdullah Comert ha fallecido por un disparo en la cabeza durante una manifestación en el sur de Turquía, informó la cadena de televisión NTV.

La emisora se hace eco de un comunicado del Gobierno de la provincia de Hatay en el que se dice que a las 23,35 del lunes (hora local) el joven recibió disparos de “una persona aún no identificada” a los que no pudo sobrevivir tras ser atendido en un hospital.

El Gobierno señala también que la autoridad judicial ha emprendido una investigación “a gran escala” para determinar las circunstancias del incidente.

Horas antes, otro joven, éste de 19 años, murió en Ümraniye, un barrio del lado asiático de Estambul, atropellado por un vehículo particular cuando trataba de montar una barricada.

Miles de personas se concentraron hoy por cuarto día consecutivo en la simbólica plaza de Taksim en Estambul, donde volvieron a registrarse enfrentamientos con la policía antidisturbios, según confirmaron a Efe varios testigos.

Tras una jornada relativamente tranquila, una vez más policías y participantes en las protestas contra el Gobierno turco se enfrentaron en el barrio de Besiktas, cercano a Taksim y que ya fue escenario de duros choques la pasada madrugada.

Según confirmó a Efe por teléfono una residente del barrio, la policía ha desplegado furgones con unidades de antidisturbios.

Como en noches anteriores, la confusión era enorme e incluso en el parque de Gezi, donde horas antes se habían celebrado bailes, asambleas e incluso un taller de yoga, cundió el pánico, al notarse los efectos de los gases lacrimógenos.

Las protestas contra el Ejecutivo turco arrancaron después del desalojo forzoso de una acampada pacífica en el parque de Gezi, uno de los últimos espacios verdes del centro de la ciudad, que el Gobierno quiere convertir en un centro comercial.

La cercana plaza de Taksim se halla desde hace dos días rodeada de vehículos policiales quemados, autobuses cruzados y barreras erigidas con materiales de construcción y mobiliario urbano.

Hasta el momento, la policía no ha intentado recuperar el recinto, aunque su masiva presencia a menos de un kilómetro hace temer a los manifestantes que el asalto sea inminente.

Todos recuerdan la violenta intervención policial de anoche en Ankara, donde los antidisturbios desalojaron a unas 10.000 personas de la céntrica plaza de Kizilay, detuvieron a medio millar de personas y causaron numerosos heridos, entre ellos un joven que ha entrado en coma probablemente irreversible.

Además, un profesor y un estudiante de Estambul perdieron un ojo, el primero por el impacto de una granada de gas y el segundo por una bala de caucho, según el diario “Radikal”.

Al mediodía local, la policía volvió a intervenir en Ankara para desalojar a unos 3.000 estudiantes de secundaria congregados de nuevo en la plaza de Kizilay.

Si la situación en la calle es confusa, más todavía lo es en las esferas políticas turcas.

El primer ministro de Turquía, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, inflexible en su voluntad de seguir adelante con el proyecto de edificar un centro comercial en el parque de Gezi, continuó hoy calificando las protestas de “brotes extremistas”.

Además, acusó al opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP) de instigar las protestas como venganza por su derrota en las elecciones generales de 2011.

Pero momentos más tarde el presidente turco, Abdullah Gül, al igual que el primer ministro una figura histórica del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), contradijo a su antiguo compañero de viaje.

“La democracia no son sólo las elecciones, hemos entendido el mensaje”, aseguró Gül, cuya primera intervención conciliadora el sábado pasado marcó la retirada de la policía en Estambul.

“Vivimos en una sociedad abierta y hay que mostrar respeto hacia todas las opiniones, visiones e ideas políticas diferentes”, recalcó el presidente hoy, al tiempo que subrayó el papel de la judicatura como instancia suprema.

Hoy el líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, se entrevistó con Gül para buscar una salida a la crisis, aunque no detalló los resultados de la entrevista.

Kiliçdaroglu insiste en que Erdogan debe pedir perdón al pueblo por la violencia policial, para así calmar los ánimos.

Pero el primer ministro efectúa desde hoy una visita oficial a Marruecos, desde donde irá a Argelia y Túnez, un viaje del que no volverá hasta dentro de tres días.

En una rueda de prensa en Rabat, Erdogan aseguró que antes de su regreso a Turquía “el problema habrá terminado”.

Respondió a las palabras de Gül diciendo: “No sé qué ha dicho el presidente, pero para mí la democracia se expresa a través de las urnas”.

Mientras tanto, el mayor sindicato de los trabajadores públicos, KESK, ha convocado una huelga que arrancará hoy martes al mediodía.

Además, se prevé que las concentraciones ciudadanas seguirán no sólo en Estambul y Ankara, sino también en Izmir, Adana y otras ciudades del país.

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