Ejecutivo del Bco Central condenado por violar a sus hijas envía carta acusando "venganza" de la madre
En la carta, Orellana señala que la decisión del máximo tribunal, que puede desencadenar en un tercer juicio, es la última oportunidad “para demostrar definitivamente mi total y absoluta inocencia”.
El pasado viernes, Jacqueline Orellana Cifuentes fue hasta la Cárcel de Alta Seguridad a ver a su hermano, el gerente de Estrategia y Comunicación de Política Monetaria del Banco Central que fue condenado a 60 años de presidio efectivo, sin derecho a beneficios, por violación reiterada de sus tres hijas de 9, 4 y 3 años, entre agosto de 2009 y agosto de 2010.
Ese día, Enrique Orellana Cifuentes, que actualmente espera al decisión de la Corte Suprema el próximo 17 de junio, le pasó a su hermana una carta manuscrita, para hacer público su pensamiento respecto a un caso que ha conmocionado a la opinión pública.
En la carta, datada el 7 de junio, Orellana señala que la decisión del máximo tribunal, que puede desencadenar en un tercer juicio, es la última oportunidad “para demostrar definitivamente mi total y absoluta inocencia”.
“Porque como siempre lo he dicho y lo diré: jamás he violado, abusado o causado daño alguno a ninguna de mis tres pequeñas hijas”, agrega.
Orellana además señala que “todo esto ha sido una sucesión de pequeñas mentiras que se han ido agrandando en el tiempo, llegando a construir una gran y horrible mentira. Mentira e infamia que me tiene en una prisión de alta seguridad, viviendo el infierno de estar preso siendo totalmente inocente”.
El ejecutivo del Banco Central explica que por el contrario, sus hijas “han sido sometidas por su madre a un daño de incalculables consecuencias y que las afectará por el resto de sus vidas. Todo por una madre que llevó su venganza y despecho a niveles que quizás ella misma nunca dimensionó”.
Además, Orellana explica que ha “enfrentado todos los procesos en mi contra con la frente en alto, porque soy inocente”.
Agrega que entiende que los medios de comunicación “se hayan puesto del lado de las supuestas víctimas”, pero señala que le llama la atención “la amplia tribuna que se ha dado a mi ex esposa y denunciante, para que sin el menor cuidado por la exposición de mis hijas, lucre con este caso para convertirse en un baluarte de la defensa de los niños abusados”.
Finalmente, en el texto, Orellana se encomienda a la justicia “para que se termine con esta infamia e infierno que estoy viviendo desde hace tres años en que mis hijas nunca pudieron ver a su padre, fueron brutalmente contaminadas en mi contra y obligadas a hacer todo lo que su madre les diga por el terror a verse separadas de ella”.
Lee la carta completa a continuación.