Habla el rebelde sirio que se comió el corazón de un soldado: "Debemos humillar al enemigo"
En entrevista a BBC, Abu Sakkar dice que cualquier persona que sufriera lo que él padeció en la guerra civil haría cosas peores.
Sonaba como algo inverosímil, una fabricación para desacreditar al enemigo: un comandante de los rebeldes sirios que extrajo el corazón de un soldado muerto y se lo comió mientras sus combatientes lo aclamaban exaltados.
Pero la historia -que circuló difusamente en video en la red- resultó ser verídica, aunque el comandante Abu Sakkar no fue nada preciso en los detalles la semana pasada.
“No quería hacer algo así. Tuve que hacerlo. Debemos humillar al enemigo de la misma forma en que ellos nos humillan a nosotros. “
“Realmente no me acuerdo”, respondió, al ser consultado si había extraído el corazón del soldado -como se dijo inicialmente-, o su hígado, o un trozo de pulmón, según señaló un experto médico al ver el video.
“Y no lo mordí. Simplemente lo mostré sosteniéndolo en alto en mis manos”, agregó.
El video deja en evidencia algo muy diferente. Es una de las grabaciones más horripilantes que ha emergido de la guerra civil en Siria. Puede verse claramente a Abu Sakkar inclinado sobre el cadáver de un enemigo mientras abre una incisión en su carne.
“¡Parece que le vas a tallar un corazón para el día de San Valentín!”, grita en tono estridente uno de los rebeldes. A continuación se ve a Abu Sakkar tomar en sus manos una masa ensangrentada mientras declara: “Comeremos los corazones e hígados de ustedes, los soldados de Bashar (al Assad, presidente sirio) ‘el perro'”.
Luego se lleva la mano a la boca y sus labios se cierran en torno a ese objeto sangrante. Cuando el video fue divulgado en mayo, nos pusimos en comunicación telefónica con él y confirmó que, efectivamente, había dado “un mordisco ritual”.
Ahora, al tenerlo frente a frente, parece mostrar cierto decoro, aunque su ira se inflamó súbitamente cuando le pregunté por qué realizó un acto tan depravado.
Explicación
“No quería hacer algo así. Tuve que hacerlo”, dijo. “Debemos aterrorizar al enemigo, humillarlo, de la misma forma en que ellos nos humillan a nosotros. Ahora no se animarán a estar en el mismo lugar que Abu Sakkar”.