Nuevo canciller brasileño asume en medio de conflicto con Bolivia
En su primera rueda de prensa como canciller, Figueiredo dijo que "quien conduce todo lo relacionado" con el caso de Pinto es la presidenta Dilma Rousseff, quien al ponerlo en funciones sostuvo hoy que América Latina representa "la mayor prioridad" para su Gobierno.
El diplomático Luiz Alberto Figueiredo asumió hoy la cancillería de Brasil tras la renuncia de Antonio Patriota, quien dimitió cuando se supo de la complicidad brasileña en la huida del senador boliviano Roger Pinto desde La Paz hacia Brasilia.
En su primera rueda de prensa como canciller, Figueiredo dijo que “quien conduce todo lo relacionado” con el caso de Pinto es la presidenta Dilma Rousseff, quien al ponerlo en funciones sostuvo hoy que América Latina representa “la mayor prioridad” para su Gobierno.
Rousseff no hizo ninguna alusión directa al caso del senador, cuya turbulenta llegada a Brasilia ha generado un conflicto con Bolivia, pero aseguró que “a los hermanos latinoamericanos”, Brasil “siempre les debe dar lo mejor”.
Sin embargo, también subrayó que Brasil “no interfiere en la vida de otros países ni pone a nadie en riesgo, ni ciudadanos brasileños ni de otras nacionalidades”.
Este martes, en su primera declaración pública sobre Pinto, la presidenta había criticado en duros términos que el senador hubiese sido ayudado por funcionarios de la embajada brasileña, sobre todo porque consideró que se había “puesto en riesgo” su vida.
En su discurso de despedida, Patriota sí comentó hoy la confesa complicidad del encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz, Eduardo Saboia, y aseguró que fue una “actuación independiente que no puede volver a ocurrir”.
En sus primeras declaraciones a la prensa, Figueiredo no descartó que el asunto pueda ser tratado por Rousseff y el presidente de Bolivia, Evo Morales, quienes coincidirán el viernes próximo en la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se celebrará en Paramaribo.
“En todas las cumbres siempre hay un contacto fluido entre los presidentes”, indicó.
Figueiredo confirmó que también participará en esa Cumbre, que supondrá su debut en esas reuniones, y dijo que se encontrará “naturalmente” con el canciller boliviano, David Choquehuanca, aunque aclaró que no será “para tratar una agenda específica”.
Sobre las explicaciones que espera Bolivia, el nuevo ministro subrayó que fue abierta una investigación sobre las circunstancias en que Pinto abandonó la embajada brasileña en La Paz, en la que estaba alojado desde el 28 de mayo de 2012.
El senador, que responde a varios juicios por corrupción y sobre quien pesa una pena de un año de prisión, salió de la embajada sin el debido salvoconducto del Gobierno boliviano y lo hizo en un coche oficial, escoltado por soldados brasileños, que le llevó hasta Brasil.
Figueiredo negó que haya una “crisis”, garantizó que la relación entre ambos países es “fluida” y aseguró que Brasil y Bolivia están “en contacto permanente” y tienen “conversaciones en curso”, sobre las cuales evitó ofrecer detalles.
También declinó comentar la exigencia del presidente boliviano, Evo Morales, quien hoy declaró en La Paz que “es importante devolver a Roger Pinto a la Justicia boliviana y que sea juzgado como cualquier autoridad que está envuelta en temas de corrupción”.
Figueiredo, de 59 años y nacido en Río de Janeiro, está en el servicio exterior desde 1980, es abogado y diplomático de carrera y un experto en cuestiones medioambientales, a las que ha dedicado los últimos veinte años.
Al asumir el cargo, se comprometió a dar “continuidad” a las líneas maestras de la política exterior brasileña, que pasan por América Latina, África y los países en desarrollo, afirmó.
Figueiredo se ganó la confianza de la presidenta Rousseff como negociador de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sustentable Río+20, celebrada el año pasado en Río de Janeiro y que congregó a casi un centenar de jefes de Estado y de Gobierno.
El nuevo canciller se desempeñaba hasta ahora como embajador de Brasil ante las Naciones Unidas, puesto al que ha sido destinado Patriota, quien fue ministro de Relaciones Exteriores desde el 1 de enero de 2011, cuando Rousseff llegó al poder.