Pareja de ejecutivo de Banco Central acusó "instrumentalización" de menores involucradas
Jenniffer Hormazábal denunció que el proceso contra Orellana fue un montaje articulado por la madre de las menores "para castigar al padre por su abandono".
Jenniffer Hormazábal, pareja de Enrique Orellana, calificó que las hijas del suspendido gerente del Banco Central fueron objetos de una “instrumentalización” por parte de su madre para perjudicarlo y acusarlo de violación, movida por el despecho.
Los descargos de la mujer fueron realizados en abril pasado y en el marco del segundo juicio que afectó a Orellana, el cual lo condenaba a 60 años de cárcel, y que apareció en el sitio electrónico de Amor de Papá.
Hormazábal declaró que “la alienación abominable, cruel y criminal que ha hecho la madre de sus tres hijas en contra del padre, acrecentadas por las psicólogas del CAVAS, no tiene nombre”, calificando a Yamile Caba como “un monstruo, narcisa patológica con un amplio prontuario psiquiátrico, que no le importó instrumentalizar a sus propias hijas para castigar al padre por su abandono”.
“La acusación de esta mujer, Yamile Caba Quezada, se inició cuando sus hijas comenzaron las visitas a mi casa y las dos niñas más chicas querían quedarse a vivir con nosotros, esto ha sido un calvario de casi tres años, con amenazas, hostigamiento y persecución por parte de esta insana mujer en nuestra casa, en nuestro trabajo y por las redes sociales”, agregó.
La pareja del ejecutivo recordó que Caba “inventó que su suegro había abusado de Enrique y que era un mal hombre. Pero ese mismo suegro fue el destinatario de un largo y emotivo discurso por parte de ella en su funeral, en que hablaba del ‘gran padre que había sido y como sus niñas lo iban a extrañar'”.
Jenniffer Hormazábal también criticó a los peritos presentados por la parte querellante, dejando en claro que Enrique Roncone, “quien hizo el peritaje sexológico, no es forense y sólo tenía tres meses trabajando en el Servicio Médico Legal cuando hizo los exámenes y ya no trabaja ahí”.
“Es importante decir que las fotos que tomó Roncone (en el primer juicio no supo identificar cuál era cuál, cosa que no ocurrió en el segundo juicio ya que iba preparado y pauteado) se enviaron a una experta mundial en medicina forense y abusos sexuales, Joyce Adams, quien confirmó que las niñas no tenían daño alguno”, sentenció.