Esta es la receta del Papa para que los hijos "mamones" se casen
El consejo del Pontífice a las madres cuyos regalones no se deciden nunca a dejar el "nido", fue impartido espontáneamente durante una actividad desarrollada en la ciudad de Asís.
El papa Francisco aconsejó hoy a las madres que se lamentan de que sus hijos no se casan que dejen de planchar sus camisas, un comentario espontáneo que lanzó ante miles de jóvenes en Asís (centro de Italia) y que suscitó las risas de los presentes.
“Cuando viene hacia mí una madre que me dice: ‘Tengo un hijo de treinta años, pero no se casa, no se decide, tiene una novia guapa, pero no se casan’, yo le respondo: ‘Señora, deje de plancharle las camisas’“, comentó el pontífice argentino, en un acto retransmitido en directo por televisión.
Francisco se reunió con jóvenes de la región italiana de Umbría en un multitudinario encuentro en la plaza de la Basílica de Santa María de los Ángeles de Asís, en el que respondió a cuatro preguntas planteadas por chicos y chicas sobre temas relativos a la vocación religiosa, la familia, el trabajo y las misiones.
Respondiendo a la cuestión sobre los matrimonios y la familia, el papa reconoció que “es necesario valor para formar una familia”, una “verdadera y auténtica vocación, como lo son el sacerdocio y la vida religiosa“, pensada para “formar con dos, hombre y mujer, una sola carne, una sola vida”.
“Pensamos en nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros bisabuelos: se casaron en condiciones mucho más pobres que las nuestras, algunos en tiempo de guerra o de posguerra; algunos emigraron, como mis padres”, comentó Francisco.
“¿Dónde encontraban las fuerzas? Las encontraban en la certeza de que el Señor estaba con ellos, que la familia está bendecida por Dios con el sacramento del matrimonio, y que bendecida es la misión de traer al mundo a los hijos y educarlos. Con estas certezas han superado también las pruebas más duras. Eran certezas sencillas, pero verdaderas. Formaban columnas que sustentaban su amor”, añadió.
El papa dijo a los jóvenes que es necesaria “esta base moral y espiritual para construir bien, de modo sólido”, pero que ésta “no está ya garantizada por las familias o la tradición social”.