Expertos internacionales llegan a prestar ayuda en la crisis en Fukushima
El grupo, que consta de 16 miembros permanecerá en Japón hasta el próximo 21 de octubre, día en el que presentará una serie de propuestas al Gobierno japonés para contener los efectos de las emisiones de la planta, golpeada por el terremoto y tsunami de marzo 2011.
Un equipo de expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) comenzó a trabajar este lunes en Japón en el marco de una misión para apoyar la gestión de la crisis en la central nuclear de Fukushima.
El grupo, que consta de 16 miembros y está encabezado por el español Juan Carlos Lentijo, permanecerá en Japón hasta el próximo 21 de octubre, día en el que presentará una serie de propuestas al Gobierno japonés para contener los efectos de las emisiones de la planta, golpeada por el terremoto y tsunami de marzo 2011.
Los técnicos, que mantuvieron hoy su primera reunión con diversas autoridades del Gobierno nipón, evaluarán las medidas de rehabilitación y descontaminación que se pusieron en marcha en octubre de 2011.
Durante su estada en Japón el grupo también inspeccionará la localidad de Kawauchi, situada a algo más de 20 kilómetros de la central, para ver de primera mano las labores de limpieza.
La llegada del equipo, invitado por el Gobierno nipón y que examina la evolución de Fukushima varias veces al año, se produce tras dos turbulentas semanas en las que los técnicos de la planta han tenido que afrontar duras críticas de la Agencia de Regulación Nuclear de Japón (NRA), tras concatenar diversos errores críticos.
Desde primeros días de este mes se han producido hasta cuatro errores humanos que han provocado fugas masivas de agua contaminada o nuevos vertidos al mar.
El más llamativo ocurrió a mediados de la semana pasada, cuando uno de los operarios se equivocó a la hora de cambiar una tubería del complejo sistema de reciclaje de agua y derramó cerca de siete toneladas de líquido contaminado sobre seis de sus compañeros, en un accidente que duró casi una hora.
Gestionar los centenares de toneladas de agua radiactiva que se acumulan a diario en los sótanos de la planta es el principal reto de los más de 3.500 operarios que trabajan en Fukushima.