¿Qué significa que exista un ombudsman en la Universidad Católica?
A partir de mediados de noviembre, el rector Ignacio Sánchez nombrará al primer mediador universitario del país, que tendrá como principales funciones resolver conflictos y recomendar planes de acción frente a situaciones específicas, entre otras.
La Universidad Católica de Chile será la primera casa de estudios a nivel nacional que implementará, a partir de mediados de noviembre, el llamado mediador universitario o “ombudsman”.
Esta nueva figura universitaria tiene entre algunas de sus funciones escuchar quejas, recomendar planes de acción frente a situaciones específicas y resolver conflictos.
Según lo consignado por El Mercurio, el Consejo Superior de la UC ya aprobó el reglamento para normar la actuación del ombudsman y el rector Ignacio Sánchez ya cuenta en su poder con los cinco nombres que se barajan para estrenar este cargo.
“Se trata de una figura autónoma, con credibilidad, con el objetivo puesto en solucionar conflictos, en asesorar, en aconsejar, y que podría evitar que problemas de relaciones humanas escalen y se conviertan en sumarios, juicios externos o disputas”, explicó Sánchez.
El rector apuntó que se busca que este mediador universitario aborde situaciones que no entran en el accionar de otras instancias como la Comisión de Gracia, la Dirección de Personal o los sindicatos.
Las tareas del mediador estudiantil
El “ombudsman” tendrá comunicación directa con la rectoría y sus gestiones deben enmarcarse en la confidencialidad, junto con ello, podrá tener acceso a todos los antecedentes que considere necesarios, salvo aquellos que vulneren la correspondencia o el secreto profesional. Deberá informar de sus gestiones al Consejo Universitario una vez cada semestre, espacio que permitirá sugerir medidas para mejorar la convivencia al interior del plantel.
Entre los requisitos para poder ser nombrado como mediador universitario se requiere ser profesor de planta y contar como mínimo con 20 años de actividad académica. A esto se suma que su periodo en el cargo se extenderá por tres años, pero en caso de ser evaluado en forma positiva, su nombramiento se puede extender.
Ignacio Sánchez explicó estos requisitos indicando que “pusimos que fuera un académico de larga trayectoria, que tuviera condiciones similares a las que se piden para ser decano, básicamente para que sepamos que es una persona que conoce y entiende lo que es la universidad; eso es clave”.